«¡Creo que la idea de que las mujeres piloten un avión es una broma!«

Hemos visto a Garth Ennis por esta página a menudo como el creador del Predicador, incluso hemos alabado en ocasiones su tremenda etapa al frente de Hellblazer. Pero hoy tenemos que rendirnos ante una faceta suya bien distinta, como guionista de un cómic de ficción histórica descarnado y realista que pone sobre el escenario a las eternas olvidadas en toda guerra: las mujeres. Y no me refiero a las sufridas madres de la guerra que se quedaban en casa mientras sus maridos se mataban en batalla, ni las heroicas mujeres que levantaron muchos países (no sólo Norteamérica, aunque allí suenen más) mientras los hombres descuidaban sus trabajos. Hoy hablamos de aquellas a las que su país llamó (obligó) a la batalla y que debieron hacer frente al enemigo en dos frentes: el contrario y el propio.

Porque no nos engañemos, las mujeres tenían (y tienen) que luchar contra los prejuicios de sus propios camaradas con la misma intensidad con que combatían en el campo de batalla, si no más. Ennis lo resume en una sola frase al principio de este cómic, los soldados ven a estas mujeres como novias o, con un poco de suerte, como hermanas, nunca como compañeras o aliadas. Sin embargo, los ejércitos han necesitado en muchas ocasiones de su presencia para ganar las guerras. Ya fuera por la urgencia de infantería o, como es el caso que nos ocupa hoy, para aprovechar unas habilidades adquiridas en tiempos de bonanza, las mujeres han desempeñado un papel fundamental en el desarrollo de muchos momentos claves de la historia bélica.

«Ojalá pudiéramos estar en otro sitio«

El guionista elige en esta ocasión hablarnos del 588º Regimiento de Taman. Un grupo de pilotos rusas a bordo de aviones desahuciados que se dedicaron a bombardear a los nazis que invadieron su patria durante la II Guerra Mundial. Su estrategia de batalla, que les obligaba a apagar el motor de las reliquias de hélice que tripulaban para acercarse planeando al enemigo y así evitar alertarle con sus estridentes motores, les valió el sobrenombre de las Brujas de la Noche. Su labor, mucho más centrada en la desmoralización del enemigo que en el daño real a sus tropas, fue decisiva en el fracaso de la estrategia de Hitler, pero sin embargo sus hazañas han sido sistemáticamente olvidadas tanto por vencedores como por los vencidos.

Battlefields #1: Las Brujas de la Noche

Ennis no trata de edulcorar en ningún momento un relato crudo y doloroso. Con ayuda de Russ Braun (al que volvemos a ver en compañía de Ennis este mes con motivo de las Secret Wars marvelitas) dibuja a un grupo de mujeres fuertes y orgullosas que se juegan el cuello día a día y que saben que la muerte es preferible a la rendición en un mundo que parecía entregado al salvajismo y las atrocidades. Este primer número de Battlefields, autoconclusivo, constituye un homenaje a estas heroínas y un desgarrador documento acerca de las bajezas a las que es capaz de llegar el ser humano en sus días más oscuros.