«No seáis exagerados, no es para tanto«

Me vais a mandar a la mierda. Lo sé. Pero opino que la década de los noventa fue una de las más especiales y bonitas que el mundo ha visto en mucho tiempo. El horrible (dos Guerras Mundiales, aparición del SIDA, generalización del consumo de las coles de Bruselas…) siglo XX estaba llegando a su fin y se podía respirar en el ambiente la alegría por descubrir las maravillas que nos depararía el XXI (la peor crisis de la Historia, Trump, el primer disco de Alex Ubago…). Ya lo decía el insigne Luis Olmedo: desde los 60-70, la gente comenzó a sentir ganas de fiesta a lo bestia, en los 90 la cosa llegó a su punto álgido y ahora llevamos diecisiete años tratando de apechugar con todo lo que desfasamos entonces.

Pero, ¿y lo bien que nos lo pasamos? Es la época de la fiesta y el pachangueo, del nacimiento de la caspa televisiva y, sobre todo, fue testigo de la primera gran eclosión de dibujantes y guionistas españoles de cómics. Los chavales que lo habían estado flipando durante años con lo que nos llegaba con cuentagotas desde América, Europa y Asia comenzaban a hacerse mayores y querer crear sus propias historias y aventuras tal y como habían hecho sus héroes durante años desde más allá de Finisterre o los Pirineos. Es en esta época cuando nace uno de los cómics que lograría hacerme reír hasta las lágrimas (Dragon Fall) y es también por aquel entonces cuando uno de mis guionistas favoritos de este país, el enorme Josep Busquet, comenzó a dar sus primeros pasos firmes en este maravilloso mundo.

«No tenéis por qué ser esclavos de ninguna casta superior«

Manticore es un cómic hijo de su época y esta edición de 20 Aniversario que edita Aleta está especialmente dirigida a todos aquellos que nos criamos (de una u otra manera) acunados con los ritmos de La Macarena, con los Thundercats en la tele y con los cómics de Camaleón Ediciones entrando en casa gracias a la buena fe de algún kioskero enrollado o a una providencial convención o Feria del Libro. Es un tebeo de aventuras puro con constantes llamadas al humor con el sello de un Busquet más jovencito e ‘inocente’, pero con su indudable olfato para las buenas historias y los personajes carismáticos. Al dar la vuelta a la última página muchos nos lamentamos de que con ella se acabaran las aventuras de Manticore y Radu, convencidos de que aún quedaba mucho por contar sobre el personaje, sus orígenes y su destino. Pero quizás sea mejor dejarlo así, con tantas historias por contar que no nos quede más remedio que tirar de imaginación y construirlas en nuestras cabezas y con Busquet y Bachs entregados a la expansión de sus respectivas y prolíficas carreras (de lo cual también nos beneficiamos, todo sea dicho).

Manticore

El dibujo de R. F. Bachs es divertidísimo, esto es así y no se puede negociar. En Manticore vemos personajes que rozan la caricatura, con una estética que en ocasiones recuerda mucho a la del manga, y que se muestran brutalmente expresivos cuando más arrecia la acción. El cómic supone todo un ejercicio de imaginación tanto para el guionista como para el dibujante, que crean y nutren a todo un mundo alternativo poblado por humanos y seres de distintas razas humanoides que conviven con total naturalidad.

Aleta completa este integral con una extensa colección de bocetos, portadas y colaboraciones y comentarios de fans y colegas que, junto a la buena edición en cartoné del álbum, hacen de esta Edición 20 Aniversario un interesante producto para el rincón más nostálgico de nuestras librerías.