Cumbres Borrascosas

Cumbres Borrascosas: Amores eternos

Andrea Arnold (Fish Tank, 2009) recoge el testigo de una larga serie de directores  (Buñuel y Wyler entre otros) que decidieron llevar a la pantalla la historia de desencuentros amorosos y odios entre familias que acontece en los verdes parajes de Inglaterra.

 

Mi visión del filme está alejada de comparaciones ya que nunca me he acercado a la novela de Emily Brontë ni a sus versiones cinematográficas con anterioridad. El nuevo enfoque hace de esta una película oscura, nada complaciente con el espectador y con un tufillo a indie rabioso.

 

Kaya Scodelario en Cumbres Borrascosas

 

 

Las localizaciones son lo mejor de la versión de Arnold. Rodada en su totalidad en North Yorkshire, son las inmensas colinas y el verdoso horizonte que, lejos de colmar de libertad a los personajes los encierra de una manera agónica en la finca familiar, lo que más impacta durante el visionado. Mención especial merece también Robbie Ryan (director de fotografía) que motivado por estos paisajes oníricos y opresivos al mismo tiempo recrea una fotografía espectacular y llena de matices. Casi podemos sentir los rayos de luz en nuestra piel cuando el tiempo hace una concesión en la colina.

 

 

Solomon Glave en Cumbres Borrascosas

 

 

La nerviosa cámara de la realizadora británica enervará a los más entusiastas de la novela pero sin duda aporta personalidad y ayuda a crear esa atmósfera claustrofóbica que impide que Heathcliff huya. Abusa de la cámara al hombro, corta la historia donde le viene en gana y se pierde en planos ajenos al drama que únicamente sirven como vehículo para mostrarse, pero aún así, a la Arnold lo que es de la Arnold, ha sido valiente y ha querido hacer una revisión distinta.

 

En el reparto destaca la televisiva Kaya Scodelario de la serie británica Skins, acompañada por una lista de rostros desconocidos para el gran público y el joven Solomon Glave que pasará a la historia por ser el primer actor de color que interprete a Heathcliff. Esto, a su vez, es otra muestra más de lo poco que le importan las posibles críticas a la directora, en la novela se juega al despiste con la raza del protagonista y en ninguna versión se han atrevido a mostrarlo negro hasta ahora.

 

 

Cumbres Borrascosas

 

 

La segunda parte del filme encierra más violencia contenida que el comienzo, en parte por ese pulso estridente tras la cámara y en mayor medida por el rostro impertérrito de James Howson. Aunque el guión no le dé para más, el papel le viene como anillo al dedo. Compone un Heathcliff rudo, vengativo y seductor a partes iguales, sin mostrar el mínimo ápice de magnanimidad.

 

Asegura la productora que ningún animal ha sido dañado durante el rodaje y de ser eso cierto se merecen el mayor de los aplausos por las técnicas empleadas, ya que la crueldad con la que son tratados los animales puede hacer que más de uno se sienta ofendido.

 

Deben acercarse a esta película espectadores ávidos de una manera distinta de contar historias clásicas (tanto si han leído el original como si no) y mantenerse alejados aquellos que esperen encontrarse un relato fiel. El eterno dilema para finalizar: ¿debe un director de cine/teatro ser completamente leal cuando la materia prima con la que trabaja es ajena? Y si debe serlo, ¿hasta qué punto?

 

 

 

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