Dark Places

Dark Places: Estrellas sin brillo

Un llamativo reparto no es sinónimo de buena película, ni siquiera de buena recepción por parte del público. Si la historia no funciona, si no resulta creíble y no despierta el interés del espectador, ya pueden darle brillo las mayores estrellas del momento, que la película será un fracaso.

 

Nicholas Hoult y Charlize Theron

 

Hablamos de fracaso a nivel creativo, pues éxitos comerciales más raros se han visto (no debemos más que acudir a las decentes cifras de Pixels en nuestro país para dar fe de esta afirmación). Un mal guion no lo salvan ni el reparto, ni el montaje. Si el material de base no funciona, no hay nada que pueda levantar eso. Es el caso de Dark Places, adaptación de la novela de Gillian Flynn, dirigida por Gilles Paquet-Brenner.

 

Las expectativas eran altas teniendo en cuenta la calidad que atesoraba Perdida, la anterior adaptación de una obra de Flynn. Pero ni Paquet-Brenner es Fincher ni Dark Places es Perdida. Este es un thriller con alma de telefilm, abusa de los tópicos y arquetipos del género, buscando la sorpresa continua a través de una sucesión de giros sin fin, a cada cual más inverosímil. La película se muestra más preocupada por “engañar” al espectador y jugar con sus expectativas que en ofrecer una historia convincente y que resulte creíble. Sin ir más lejos, el villano es, literalmente, un tipo que pasaba por ahí. Y la justificación del crimen que da pie toda la trama posterior hace aguas por todas partes.

 

Christina Hendricks

 

El único aliciente que encontramos en este cinta que únicamente podremos ver en plataformas de pago por visión está en su cásting. Y más en los nombres que en el trabajo que realizan. Charlize Theron, el centro de toda la acción, no convence como alma atormentada. Lo mismo se puede decir de intérpretes como Nicholas Hoult o Chloë Grace-Moretz, lejos de sus mejores trabajos. De todos, la más reseñable sea la labor de Christina Hendricks, pero su personaje está bastante desaprovechado. Posee un rico contexto y unas circunstancias personales que darían pie a un interesante (y oscuro) retrato sobre la sociedad americana durante el mandato de Ronald Reagan. Pero ni la novela ni la película van por esos derroteros. Una lástima.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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