El último cazador de brujas

El último cazador de brujas: Cazando el aburrimiento

Ya no se engaña a nadie cuando el cine parece que se está quedando sin ideas poco a poco. A lo remakes, secuelas, precuelas, reboots y todo lo que se os ocurra hay que añadirle el ímpetu que tienen algunos de coger monstruos clásicos y traerlos a la época moderna. Así nos llegaron cosas como Underworld o esa aberración llamada Yo, Frankenstein, donde los monstruos clásicos del cine se enfrentaban en la época actual contra los humanos. Tirando de esa premisa, nos llega El último cazador de brujas, una cinta donde lo único salvable son sus primeros diez minutos, pues el resto no es ni olvidable, directamente nuestro cerebro no guarda nada. Vin Diesel sigue sacando músculo y poniendo ganas, pero si el guión ha sido escrito por un chico de párvulos… la cosa no puede mejorar.

 

Rose Leslie, Elijah Wood y Vin Diesel en 'El último cazador de brujas'

Rose Leslie, Elijah Wood y Vin Diesel en ‘El último cazador de brujas’

 

Y es que además, los pósters y alguna promoción que se ha visto de la película engañan. Todo lo que se ve en ellas es a Vin Diesel con barba, vestido como un vikingo con una espada o un hacha en mano. Y con eso, la idea que se mete en la cabeza es que veremos a nuestro héroe repartiendo estopa a las brujas del mundo en la época del medievo. Pero nuestra sorpresa y nuestro interés duran exactamente diez minutos. Después, la llegada de nuestro cazador (con un giro de guión que no se esperaba nadie) a nuestros días hace que todo pierda. Los chistes sobre la tecnología están anticuados, no hay acción ya que nos pasamos todo el tramo central de la cinta hablando y hablando y sin Vin Diesel cortando cabezas de brujas. Si tienes a Vin Diesel para que hable y no actúe, algo va muy mal.

 

Va mal porque lo que esperas de una cinta así es hachazos, decapitaciones y sangre por doquier. No pides que sea demasiado seria en sus convicciones, solo que muestre algo de entretenimiento. Pero no. El último cazador de brujas falla en su concepción de ser una película más seria de lo que tendría que haber sido. Es noble que se busque otro punto de vista, otra forma de entretener, pero cintas de estas características tendrían que saber que lugar ocupan, y dejarse de intentar ser algo que no son. Yo, Frankenstein fallaba en lo mismo, aunque era mucho más tonta, fallaba en un guión mediocre y que siempre hemos visto. El último cazador de brujas nunca se toma así misma como un simple entretenimiento, e intenta dar algo que no consigue por su concepción de pasatiempo. Y eso termina sucumbiendo a lo peor que le puede pasar a una película, aburrir.

 

Vin Diesel en 'El último cazador de brujas'

Vin Diesel en ‘El último cazador de brujas’

 

Y aburre porque la historia no ayuda. Sus primeros diez minutos son muy buenos, y rezas porque las cosas sigan por ahí, pero no. Con la llegada a la actualidad, las tramas aumentan y muchas son tocadas de puntillas por los guionistas, vemos aparecer y desaparecer personajes sin ningún tipo de propósito. Y ninguna de ellas interesa. Pero es que los personajes tampoco. Vin Diesel como “cazador” bien, vamos como siempre, sus mismas muecas y gestos. Michael Caine pasaba a recoger el cheque por participar en esto. Elijah Wood está mal, muy mal, e intuyes en todo momento como será su personaje. Y bueno, Rose Leslie está pasable, aunque eché de menos un “You know nothing, Vin Diesel” en la película.

 

El último cazador de brujas es una mala película. Quizás los únicos que la valoren sean los fans de este tipo de historias y de Vin Diesel, el resto mejor que elijan otro tipo de película, pues está llega a aburrir en más de una ocasión debido a que no pasa nada interesante en ella. Una lástima, pues sus primeros diez minutos hubieran dado para una buena cinta de época mágica mejor que en lo que termina convirtiéndose la película.

Acerca de Christian Leal

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Desde niño me apasioné por el séptimo arte, por ello decidí licenciarme en Comunicación Audiovisual, pero después amplié mis miras también hacía la pequeña pantalla en la que devoro, bebo y me alimento de series y cine. Mi vida podría resumirse en un guión de Aaron Sorkin dirigido por David Fincher o Michael Haneke.

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