En el centro de la tormenta: En el centro de nada

En el centro de la tormetaTodo en el film En el centro de la tormenta, desde su desacertada traducción del título (el original, In the electric Mist, en español significa en la niebla eléctrica, algo que sí tiene que ver con la trama de la película y la novela en la que se basa) hasta la apatía de unos actores fuera de forma, que se limitan a llegar a la hora, decir sus frases y marcharse, dejan en la retina un regustillo a telefilme de las cuatro de la tarde.

Ni siquiera un reparto con una más que merecida fama de buenos intérpretes (por mucho que aquí no le hagan justicia) consigue crear el más mínimo interés por una historia redundante y filmada ya hasta la saciedad.

Dave Robicheaux (Tommy Lee Jones) es un teniente de Nueva Orleans – post Katrina, aunque tenga el peso de una pluma en el argumento, se menciona en varias ocasiones – con la misión de encontrar un asesino en serie que se dedica a matar prostitutas, todo ello repleto de clichés y sin la más mínima imaginación a la hora de narrarlo. En la baraja de sospechosos que se nos muestran están un magnate de la industria azucarera, un mafioso local al que todos llaman Baby Feet (John Goodman) y otros tantos personajes secundarios sin más función que la de evitar que nos esperemos lo previsible antes de tiempo.

Por el camino de la historia se encuentra con Elrod Sykes (Peter Sarsgaard) y la novia de éste, actores ellos dos rodando una película cerca de la zona, que le informa de que ha encontrado un cadáver, y que deviene en alucinaciones que sufre Dave en las que comparte plano con generales de la batalla de Gettysburg, en concreto un general John Bell Hood que existió realmente y murió a los 48 años, interpretado aquí por Levon Helm que en el momento de rodar la película contaba con nada más y nada menos que 68 años. No hay por dónde cogerlo.

Tommy Lee JonesLas conexiones entre los personajes son prácticamente inexistentes, se cuentan dos historias que nada tienen que ver la una con la otra, no queda claro cuál es la principal y cuál la subtrama y nos lleva a que no nos importe ninguna de las dos. Especialmente irritante es la voz en off que nos explica una y otra vez lo obvio.

No he seguido la carrera de Bertrand Tarvernier, pero es un autor de esos que te resuenan siempre en la cabeza – al menos en la mía -, por lo que el que la película esté dirigida por él junto con Tommy Lee Jones – ¿qué se le pasará por la mente para aceptar papeles como éste? – como protagonista es el poco foco de atención que puede generar.

Antes de verla tenía la esperanza de que en algo se pareciese a Treme – pese a que las premisas no tuvieran nada que ver -, esa maravilla de la HBO que recrea la ciudad del jazz como nadie lo había hecho hasta el momento, pero tonto de mí por crearme esa expectativa. Hasta la música en la película es cutre, sin clase y sin fuerza.

Una película que ha tenido la suerte de que en España vaya a ser estrenada en cine, porque en Estados Unidos salió directamente en DVD.

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