Irrational Man

Irrational Man: Cuestión de modas

Si antes la moda era elevar a los altares cada nueva ocurrencia de Woody Allen, en los últimos años esta ha cambiado, y para ser considerado un cinéfilo de pro hay que vilipendiar los trabajos más recientes del neoyorkino, con dos excepciones: Mach Point y Medianoche en París (y si apuramos, también Blue Jasmine). Y mientras tanto el veterano director no ha cambiado su discurso ni sus formas. Allen está ya de vuelta de todo, disfruta rodando y presentando sus pequeñas películas. A estas alturas no tiene nada que demostrar y va sobre seguro, apostando por repartos que lucen con luz propia y guiones que dan vueltas a los conceptos sobre los que ha reflexionado durante años.

 

Emma Stone

 

Esto es, en esencia, lo que nos ofrece Irrational Man, una comedia de enredos en la que se entrecruzan el romance de una alumna brillante y su caviloso profesor, con la recreación del crimen perfecto. Picaresca, debates éticos y unas buenas dosis de casualidades se dan cita en una película narrada por los personajes de Joaquin Phoenix y Emma Stone. Él hace propios los claroscuros entre los que se mueve la historia, encarnando al torturado y melodramático profesor. Ella es la candidez y la inocencia, la heroína que ha de aprender una valiosa lección de vida, una resabida y caprichosa estudiante que se deja embelesar por ese docente de aire romántico. Allen vuelve a dejar constancia de su interés por los personajes harto reflexivos, aquellos que presentándose a sí mismos como racionalistas y pragmáticos, son los primeros en sucumbir al caos de las emociones.

 

Irrational Man es más que un digno entretenimiento, hace gala de un exquisito toque de humor negro y nos regala unas notables interpretaciones por parte de su pareja protagonista, pero se muestra muy perezosa en la presentación (y desarrollo) de sus tramas. No tanto por una cuestión de realización (el director tiene un estilo marcadísimo y ya no hay quien se lo cambie), sino por las soluciones que adopta para configurar su historia. Allen apuesta por «la salida fácil» y carga las escenas con las voces en off de los protagonistas, quienes van explicando al público en cada momento como se van sintiendo, en una estructura más propia de la literatura que del formato audiovisual, lo que resta frescura y ritmo a la propuesta.

 

Joaquin Phoenix

 

Aún así, este Woody Allen fuera de onda y que no convence a los sibaritas, sigue ofreciendo títulos que cumplen sobradadamente con las expectativas autoimpuestas y nos regala un digno entretenimiento con el que practicar el arte de la sonrisa.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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