La gran enfermedad del amor

La gran enfermedad del amor: Comatoso romance

Pese a que tuvo su apogeo en la edad dorada de Hollywood gracias a figuras como Lubitsch, Wilder o Cukor, la comedia romántica ha tenido una trayectoria bastante irregular a lo largo de los años; si bien es cierto que tuvo su resurgir en los 90 (Cuatro bodas y un funeralAlgo para recordar), pero los 2000 la convirtieron en un género secundario donde iban a parar viejas glorias de la televisión o ciertas actrices como Cameron Diaz en películas que, pese a dar dinero, acababan siempre en los cajones de saldo de DVD’s en unos grandes almacenes. Si bien es cierto que Love Actually o Crazy Stupid Love, tuvieron su repercusión de crítica y público pero más allá de eso pocas películas destacan. Parece que nace otra excepción, y es que el pasado Festival de Sundance, una película llamada The Big Sick se ganaba el corazón de crítica y público siendo adquirida por unos doce millones de dólares por Amazon Studios;  a partir de aquí todo serían buenas noticias para la misma, premio del público en Locarno y el South by Southwest además de recorrer otros tantos festivales y recaudar más de 30 millones en Estados Unidos.

 

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¿Qué hace a esta película tan especial y única? Cuenta la historia real de Kumail y Emily, un pakistaní (a quién su familia quiere concertar un matrimonio) y una americana que tras unos encuentros románticos que derivan en la ruptura, ella contrae una misteriosa enfermedad y en el largo proceso de curación Kumail no se separará de su lado. Más fiel no puede ser la adaptación porque la pareja real es quien escribe la película y el propio Kumail la protagoniza bajo la batuta de Michael Sholwalter (We Hot American Summer), amparados por la producción de Judd Apatow (Love, Freaks and GeeksLos principios del cuidado).

 

Zoe Kazan y Kumail Nanjiani

Zoe Kazan y Kumail Nanjiani en ‘The Big Sick’

 

Los guionistas optan por dejar atrás los clichés del género o el chiste fácil y componen su película gracias a una eficaz construcción de personajes, a quienes presenta en un mismo espacio para enseguida comenzar a construir su relación y, a partir de aquí dar paso al conflicto importante, la enfermedad de ella. A partir de este punto se desvanece, de forma parcial, la parte cómica de la película aunque al aparecer en escena Holly Hunter y Roy Romano (los padres de ella) que con su relación con el protagonista equilibrarán muy bien lo cómico y lo dramático, aligerando la parte triste con su espontaneidad y humanidad.

 

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El éxito a la hora de hacer comedia está, por un lado, en el guión, un guión a base de diálogos rápidos (que no pedantes) donde todo fluye con naturalidad y ese punto de realidad que aporta la enfermedad mantiene a la película con los pies en el suelo porque en todo momento se busca realismo y cercanía con el espectador. La dirección de actores es exquisita, también ayuda a que el espectador empatice porque los mantiene siempre muy cerca de la realidad pese a ser comedia, no hay gestos sobreactuados o frases falsamente enfatizadas. Encuentra el humor en el azar y la cotidianidad de la vida, conoce los puntos débiles del ser humano y siempre es tierno con sus personajes.

 

La gran enfermedad del amor es la comedia romántica que Hollywood necesitaba, Showalter se olvida de las situaciones embarazosas y los habituales líos amorosos para dejar paso a la humanidad de sus personajes que por su construcción y evolución resultan adorables y sinceros. Una película a la que abrazar y volver de vez en cuando.

Acerca de Alex Manzano

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Cine, arte y tebeos. Amarás el musical sobre todas las cosas. John Cameron Mitchel es mi dios. Si quieres encontrarme, busca en mi habitación. Si no, en cualquier rincón de Madrid.

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