Sin Frenos

Sin Frenos: Maillot amarillo

2012 va camino de ser el año de Joseph Gordon-Levitt. Al interesante y repleto de significado papel que interpretó en El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace hay que sumarle el de protagonista de la esperada Looper (Rian Johnson, 2012) y el de hijo primogénito de Lincoln en la película de Steven Spielberg sobre el presidente. Pero antes de que lleguen esos dos pelotazos se estrena en España un producto algo más humilde pero no por ello menos divertido, una película que rescata el sabor de la aventura y que nos hace salir del cine con una sonrisa de oreja a oreja.

 

Joseph Gordon-Levitt en Sin Frenos

 

La trayectoria de David Koepp como director no está precisamente plagada de éxitos (está La Ventana Secreta que protagonizó Johnny Depp y a la que hay una referencia en este filme), su fama viene principalmente de sus trabajos como guionista en filmes como Parque Jurásico o la primera entrega de Spider-Man. Aquí se ha aliado con John Kamps, con quien ya había coincidido en Zathura y Me ha Caído el Muerto, para escribir una historia que avanza a toda velocidad por las concurridas calles de Manhattan con cierto aroma a los filmes de acción de los 80 y los 90.

 

Esta velocidad es precisamente uno de los aspectos más positivos del filme. La historia se desarrolla ante nuestros ojos a un ritmo endiablado y sólo se nos explica lo imprescindible por medio de breves flashbacks repartidos a lo largo del metraje. Cuando termina la película sabemos de Wilee (Gordon-Levitt) casi tanto como cuando comenzamos. Se analiza más profundamente la vida del villano que la de los protagonistas.

 

Michael Shannon en Sin Frenos

 

Con los personajes llega el segundo punto positivo del filme. Michael Shannon (a quien aprendí a adorar con Take Shelter) hace aquí las veces de un villano tan malvado y parlanchín como podían serlo el Jafar y el Hades de Disney, pero con el punto justo de oscuridad y mugre como para hacerlo real sin que deje de ser divertido. Frente a él Gordon-Levitt no se achanta e interpreta a un protagonista a prueba de golpes, caídas, empujones, insultos… Los secundarios, desde la atractiva Dania Ramirez (Héroes, American Pie: El Reencuentro) hasta el frustrado policía al que da vida Christopher Place (especialista de acción en muchos y variados proyectos), están ahí donde tienen que estar para que todo funcione de una manera fluida y perfectamente engrasada. Una gran labor de casting la que han llevado a cabo Pat McCorkle (La Ventana Secreta) y John Papsidera (Código Fuente).

 

Si a esto le añadimos un sensacional uso de la cámara que logra que el espectador esté en la piel del ciclista el 90% de la obra tenemos una cinta casi redonda a la que sólo la veo tambalear en una de las últimas escenas, quizás demasiado dramatizada. Para cerrar y cohesionar una aventura tan bien contada nada mejor que una banda sonora que sabemos que nos va a conquistar desde la primera nota del mítico Baba O’Riley de los Who y hasta el último acorde que sale de la cabeza de David Sardy (responsable musical de puntazos como Zombieland o Ghost Rider: Espíritu de Venganza)

 

En pocas palabras: Sin Frenos es una entretenidísima fusión entre la inocencia y el gamberrismo de Los Bicivoladores (Brian Trenchard-Smith, 1983) y las carreras esquivando el tráfico de Quicksilver (Thomas Michael Donnelly, 1986) En pleno siglo XXI da gusto ver películas así en la cartelera.

 

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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