Trainspotting 2

T2. Trainspotting: La vuelta de Mark Renton

T2: Trainspotting encaja fácil y directamente en el socorrido juego de «lo mejor» y «lo peor». Lo mejor: tuvo tanta potencia que deseábamos saber de esos personajes, qué había sido de ellos. Para ello se toma la vuelta de Renton como punto de partida. La última vez que le vimos fue huyendo de Edimburgo con el botín, «eligiendo una nueva vida», distante de aquella que Danny Boyle nos presentó basándose en la novela de Irvine Welsh. El escritor escribió una continuación a esta historia, Porno, que John Hodge ha adaptado libremente. El escritor repite cameo, por cierto. Volvamos a Renton: en la capital escocesa se topará con sus amigos de los noventa Sick Boy, Spud y Begbie. Ewan McGregor, Jonny Lee Miller, Ewen Bremner y Robert Carlyle retoman sus personajes, tan suyos como si los hubieran interpretado durante estas dos décadas. Visionando esta secuela cuesta creer que McGregor haya sido en estos años Obi Wan, o el Christian de Moulin Rouge.

 

t2 trainspotting

 

También hay una nueva integrante en el elenco: Veronika, interpretada por Anjela Nedyalkova. Su papel podría quedar relegado a objeto de deseo de los protagonistas, sin embargo aguarda alguna que otra sorpresa. Y también sabremos cómo le ha ido la vida a Diane (Kelly McDonald). Su intervención es más anecdótica que la primera vez, aunque vuelve a personificar la conciencia de Renton.

 

Lo peor: el tiempo pasa. Nos duele a todos, pero es inevitable. Ahora la característica sonrisa de Renton viene enmarcada por las arrugas de tristeza, rendición y un gran sentimiento de culpa. Su añoranza es directamente proporcional a la dependencia de este metraje a la anterior: como un yonqui dependiente del siguiente chute, T2: Trainspotting no sabría andar con autonomía sin la primera.

 

La película mira constantemente a la original. Rememora muchos espacios y fotogramas de aquella. Tanta repetición delata su poca autosuficiencia, pero es justificable por la temática de la película: la nostalgia. Su país y su ciudad parece no haber cambiado; es más, adolece de los mismos males. El porvenir ha hecho justicia con todos los personajes y nadie ha tenido un cambio radical en sus vidas. Duele encontrarse con la realidad. Qué bien dicho está eso de «turista de la Juventud» en el metraje. Qué bien repartidas están esas notas del Born Slippy de Underwold. Una vez más, la banda sonora está magistralmente insertada.

 

Anjela Nedyalkova

 

Si se entra en el juego, los fans la disfrutarán. Porque motivos tiene. Una vez más, Boyle realiza encuadres diagonales y congela planos como en la primera para forjar su crítica (amén de homenajear su obra cumbre); de nuevo esputa en los espectadores los males de la sociedad. El discurso del protagonista se actualiza y constata que mucho no hemos cambiado: seguimos siendo víctimas de la hipocresía y la superficialidad aunque ahora usemos nuevos canales para mostrarlo.

 

Igual que Renton, nosotros también necesitábamos saber de ellos y volver la mirada hacia la Escocia de 1996, hacia Iggy Pop, hacia esas casas cochambrosas británicas, hacia el desafortunado de Tommy… La nostalgia es muy dañina y nos devuelve píldoras del pasado en formas tan dispares como OT 1, El reencuentro, regresos de nuestros grupos favoritos reunidos para un último concierto …Todo para comprobar que nada es igual. Esta película no es tan impactante ni tan transgresora como la primera. Y eso que cuenta con toda una artillería de efectos especiales de diez y mucho aderezo visual. Se queda con un notable alejado de la matricula de honor de la original.

 

Pero era necesario saber de ellos. Había que calmar el mono.

 

 

Acerca de María Aller

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Madrileña. Comunicadora. Periodista. Sagitaria. Bonne Vivante. Cine. Y festivales, series, libros, cocina, deporte... recomiéndame!

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