Tan Fuerte, Tan Cerca

Tan Fuerte, Tan Cerca: Tan sosa

Existen varios ingredientes para construir una película de éxito: construir imágenes bellas, contar con actores de renombre, el fenómeno fan, tocar la fibra sensible del público… Sin embargo, hay dos componentes que no pueden faltar en una buena cinta y que se han de dar a la vez para que ésta se quede grabada en nuestras memorias. Uno de ellos es el guión y el otro la dirección. Por eso cualquier persona con unos conocimientos mínimos de cine se fija inmediatamente en ellas y por eso cuando uno ve que una película está nominada en la categoría de Mejor Film, pero no lo está en ninguno de estos dos comienza a preocuparse.

 

Tom Hanks y Thomas Horn en Tan Fuerte, Tan Cerca

 

El arte de aburrir:

 

Tan Fuerte, tan Cerca suena muy bien sobre el papel. Un niño encuentra una llave de su difunto padre (dadme un robot y ya tenemos a Hugo) y se embarca en la búsqueda por la ciudad de Nueva York de la cerradura en la que encaje en un intento de mantener vivo su recuerdo. Sin embargo esto no debió gustar demasiado, porque lo que podría ser una bonita fábula urbana se convierte en una aburridísima historia en la que la búsqueda queda en segundo lugar y cobran casi más importancia las relaciones del chaval con los miembros vivos de su familia.

 

Así, hemos de esperar hasta pasada la primera hora de metraje para que Extremely Loud & Incredibly Close (como se titula en inglés) se comience a parecer a lo que nos esperábamos. Justo cuando hace acto de presencia un magnífico Max von Sydow (El Exorcista, Shutter Island) que le da a la película exactamente lo que le faltaba: ritmo y una pizca de humor. Lástima que su aparición se limite a unos 20-30 minutos de los 129 que dura el film.

 

Max von Sydow y Thomas Horn en Tan Fuerte, Tan Cerca

 

Mucho reparto para poca cosa:

 

Tom Hanks, Sandra Bullock, von Sydow, Viola Davis, John Goodman… Entre las estrellas que encabezan el reparto suman la friolera de tres Oscars y siete nominaciones. Mucho caché para luego tener a Goodman de portero, a Bullock de madre florero, a Davis en dos contadas escenas y desperdiciar una de las mejores actuaciones del año (von Sydow). El único con algo más de peso interpretativo es nuestro querido Tom Hanks, muy tierno él en su papel de padre de flashback.

 

El que también se sale es el jovencito (14 años cuando se rodó el filme) Thomas Horn en la que es su primera aparición frente a las cámaras. Horn nos ofrece todo tipo de emociones en pantalla, llora, ríe, grita y descarga la ira del incomprendido sobre todo y sobre todos. Aún es pronto para saber qué pasos seguirá en Hollywood este inteligente chaval (ya habla inglés, mandarín y español), pero no deberíamos quitarle ojo de encima.

 

Thomas Horn en Tan Fuerte, Tan Cerca

 

Una década después de los atentados:

 

El 11 de Septiembre de 2001 es un día que los norteamericanos no pueden olvidar. Al margen de lo buena o mala que pueda ser esta película, resulta curioso ver cómo ha ido cambiando la manera de enfrentarse a estos terribles atentados por parte de Hollywood. Los primeros meses fueron, sin duda, los más caóticos. Desde la censura de escenas (como aquella tan famosa de Spider-Man u otras menos conocidas como el final alternativo de Lilo & Stitch) hasta el aplazamiento de estrenos (Gangs of New York y Daño Colateral, entre otras).

 

No sería hasta 2004 que Michael Moore se atrevería a utilizar la funesta fecha como título de uno de sus documentales que, precisamente, hacía alusión a las decisiones del gobierno estadounidense a raíz de los sucesos de las Torres Gemelas. Y hubo que esperar hasta 2006 (cinco años después de la masacre) para poder ver las primeras película sobre ese fatídico día: World Trade Center, de la mano de Oliver Stone y United 93, de Paul Greengrass.

 

Ahora, pasados diez años, Stephen Daldry (Las Horas, Billy Elliot) nos demuestra que la herida sigue abierta, aunque haga ya bastante tiempo que el tema dejase de ser tabú. Las últimas escenas de esta cinta, de un inevitable color patriótico, tienen más de panfleto propagandístico que de cinta de premio.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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