The Lady in the Van

The Lady in the Van: Escuetas adaptaciones

Hay intérpretes incombustibles que aunque sumen años son capaces de levantar tramas ellos solos. Eso sucede con Maggie Smith en The Lady in the Van. Basada en su obra homónima, la historia narra las vivencias del propio creador de la historia, Alan Bennett: en 1974, una anciana aparcó su furgoneta enfrente de la casa del escritor un anciana, Miss Shepherd, mujer excéntrica que vive en el propio vehículo. El escritor deja que la señora ponga el furgón al lado de la entrada a su casa. Y allí la buena mujer pasó quince años instalada. Para dar vida al estrambótico personaje, qué mejor que la Smith, una actriz que atribuye ternura y mal genio a su personaje en partes iguales. Alex Jennings da vida al escritor, a él y a su alter ego, con el que tendrá varias conversaciones durante el metraje. Le da réplica pero su anciana compañera de reparto le come terreno pese a que la historia se centre en la visión del literato. Por la cinta también estarán otras caras del cine inglés como Jim Broadbent, o James Corden entre otros.

 

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La película pone su atención más en Bennett y en su visión acerca de ver la vida. Escritor e indigente se complementan: ella por exceso de vivencias en su pasado y él por carencia de éstas en la suya propia. La cinta se sitúa en la comedia aunque su ligereza hace dudar de la fuerza de la misma por el poco humor que ofrece. Bien hilada, pero con poco impulso para rular; es cine británico en su quintaesencia, en donde se vislumbran las idas y venidas de un sarcástico vecindario con el peculiar residente –que la pobre sufrirá ataques de vandalismo-. A eso hay que añadir las conversaciones del escritor y su alter ego. La adaptación queda bastante plana y sin la pujanza que requiere la obra en formato cine. Un texto perfecto para los escenarios dada su teatralidad, pero en el filme estos quince años de convivencia quedan un tanto insípido.

 

Nicholas Hytner, director de comedias como Mucho más que amigos, hace una cinta que pretende y consigue más seriedad, pero tanta cautela le pasa factura y la mordacidad con la que podría jugar dada su británica procedencia se queda escueta. A medida que la película avanza intensifica el interés, aunque éste quede desmedido en el tramo final, tanto en los lares celestiales como en esa incursión de la realidad y hacer juego de “cine dentro del cine”. Sin duda Smith es el motor de esta furgoneta que marcha en el camino asignado pero que va a trompicones.

Acerca de María Aller

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Madrileña. Comunicadora. Periodista. Sagitaria. Bonne Vivante. Cine. Y festivales, series, libros, cocina, deporte... recomiéndame!

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