Arthur y la guerra de los mundos: Los cuentos de Besson

A Luc Besson se le conoce en el mundo entero por peliculones de la talla de León (El Profesional), por la cinta de ciencia ficción El Quinto Elemento, por su saga de acción Transporter y, por los críos de media Europa, es conocido por la saga basada en un cuento que él mismo escribió: Arthur y los Minimoys.

Y digo Europa porque en Norteamérica el filme fue censurado al haber un beso entre el protagonista y la heroína minimoy… Lo cual se tradujo en un fiasco en taquilla.

Sin embargo, en Europa la primera entrega (de 2006) tuvo tan buena acogida que, aparte de inspirar una atracción para el parque de atracciones Futuroscope, Besson anunció que habría dos películas más, una en 2009 y otra en 2010.

Arthur y la guerra de los mundos

La historia:

Ante todo hay que aclarar que esta película es una continuación directa de la anterior (Arthur y la Venganza de Maltazar). Ir al cine sin haber visto nada de la saga sería como ir a ver este verano la última de Harry Potter sin saber quién es Voldemort.

Para los que sí que hayan seguido las aventuras de Arthur, la princesa Selenia y Betameche esta última entrega comienza donde se quedó la anterior: Maltazard ha adquirido el tamaño de los seres humanos y ahora planea una invasión a gran escala de nuestro mundo.

El cuento creado por Besson tiene la ventaja de localizarse en el universo más inmediato de los niños. Al igual que pasaba con Toy Story (personalmente, comencé a tratar mejor a mis muñecos cuando vi esa cinta), las películas de Arthur hablan del jardín, del hogar, de los bichos y los juguetes, en fin, de todo lo que un chaval tiene a mano. No resulta difícil imaginarse a los críos a la salida del cine buscando a los diminutos Minimoys en el césped del parque más cercano. Este hecho es, quizás, una de las claves del éxito de sus películas.

Luc Besson:

Si bien el director francés es un gran creador de personajes, para un servidor no ha dado aquí con la tecla adecuada. Sí, hay algunos secundarios magníficos (el personaje de Maltazard es aplaudible). Pero también los hay absolutamente prescindibles y, por desgracia, superan en número a los anteriores. Los padres de Arthur, sin ir más lejos, tienden a alargar el metraje sin aportar nada cada vez que salen en pantalla. Normal que se cambiara al actor que hace de padre de la primera película a la segunda y nadie lo notara. Son, además, personajes muy superficiales, no hay profundidad en la historia de ningún personaje, salvo en la de Maltazard. A mi parecer (y creo que tú, querido lector o lectora, estarás de acuerdo conmigo) una película de animación no debería ser excusa para unos personajes poco trabajados. Volviendo al ejemplo de Toy Story, sus personajes tienen unas historias propias mucho más ricas que cualquiera de los de este film.

Por otra parte, Besson se une con estas dos últimas entregas a la moda que impuso en su día la trilogía de El Señor de los Anillos de rodar varias películas a la vez, arriesgándose al descalabro si las primeras fallan, pero reduciendo costes de producción al rodar todo de golpe, o casi. Anteriormente lo habrían hecho también los Wachowski con las dos últimas entregas de Matrix o Zemeckis con las dos finales de Regreso al Futuro, por ejemplo.

No estoy seguro de que esta sea una buena idea. A Peter Jackson la jugada le salió redonda, lo mismo puede decir Zemeckis. En el caso de Besson (y en parte también en el de los Wachowski) el producto final se puede ver afectado por el ansia de rentabilizar su producción. Quizá un par de años de distancia le habrían hecho un favor al guión de esta película, ya que se podrían haber pulido los defectos o aquellas cosas que no gustasen al público en La Venganza de Maltazar.

Arthur y la guerra de los mundos

Los actores

Me parece inquietante como para Freddie Highmore no pasan los años. El chaval, de 19 años de edad, interpreta el papel de un Arthur de apenas 11 y da perfectamente el pego, como también lo dio hace años en Charlie y la Fábrica de Chocolate. Tiene una cara que es perfecta para los papeles de niño inocente y bondadoso que representa.

Mia Farrow (la abuela), sin embargo, tiene la mala suerte de interpretar a un personaje que ha ido perdiendo relevancia con cada nueva entrega. Una pena, porque en la película de 2006 daba gusto verla y en la de 2010 podría no aparecer sin que nadie lo apreciara.

En cuanto a los personajes animados Selena Gómez, la nueva estrella y cantante de la factoría Disney, pone la voz de la princesa (que en la primera entrega fue doblada por Madonna… de manera espeluznante). La verdad es que no lo hace mal, pero su voz, así como las de Lou Reed (Maltazard) e Iggy Pop (Darkos, el hijo de Maltazard) pasarán desapercibidas en la versión doblada.

En resumen:

Una continuación en todos los sentidos. Mismo humor, mismos efectos de animación (muy lograda) y la historia que sigue la línea que quedó marcada desde la primera. Además, estamos hablando de una película mucho más dirigida a niños que a adultos.

Entretiene.

Arthur y la guerra de los mundos

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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