Populaire

Populaire: Un romance ingenuo y nostálgico

Estrenada en su Francia natal el pasado mes de noviembre, por fin llega a nuestras pantallas Populaire, el debut tras las cámaras de Régis Roinsard que nos presenta a Rose Pamphyle (Déborah François), una terrible secretaria con un talento innato para escribir a máquina. Tal es la rapidez con la que mecanografía que su jefe (Romain Duris), lejos de despedirla, decide tutelarla para participar en un certamen de escritura a máquina y convertirla en la chica más rápida del mundo. Entre medias, como no podía ser de otra forma, surge una entrañable historia de amor.

 

Déborah François y Romain Duris en Populaire

 

Populaire refleja una Francia feliz, absorbida por el espíritu despreocupado de la época y deudora de cierta estética pop. Es una Francia que transita entre los tonos grisáceos y el colorido más vivo; una Francia de cuento que parece apropiarse del concepto del sueño americano. Rose deja su pueblo rumbo a la gran ciudad para cumplir sus aspiraciones de llegar a ser una eficiente secretaria siguiendo los modelos que florecen y se potencian en los medios. Y no solo lo consigue, sino que se convierte en toda una estrella mediática por sus dotes con la máquina de escribir y encuentra el amor. La película pues, tiene un tono muy optimista y despreocupado, muy alejado del mundo que envuelve a su coetánea, la televisiva Mad Men.

 

Régis Roinsard nos presenta un romance que respira nostalgia por todas partes. Como en los buenos clásico, ella aporta la dulzura y la ingenuidad, y él, a pesar de su pretendido porte arisco, es un galán que cae rendido por la espontaneidad de su pupila. Sí, su pupila, porque entre Loius Échard y Rose es establece una relación a tres niveles (interconectados entre ellos): jefe – secretaria, mentor – aprendiz y la amorosa en sí. De esta forma se nos muestran a los dos personajes desde un amplio abanico que permite que desarrollen todos sus matices. Y mientras de Déborah François es imposible no enamorarse, Duris aporta una gran elegancia a su interpretación, formando una pareja realmente llamativa, capaz de seducir a la platea como ya lo hicieran otras eternas como Audrey Hepburn y George Peppard, Cary Grant y Rosalind Russell, o Doris Day y Rock Hudson.

 

Acompañándoles en esta historia, un estupendo plantel de secundarios entre los que destaca «la artista» Bérénice Bejo, que sirve de apoyo a ambos protagonistas y da a la trama un interesante punto dramático que equilibra la ingenuidad general de la propuesta. Y es que el ya mencionado colorido del que hace gala la fotografía película en parte de sus secuencias (especialmente las que narran la competición de mecanografía) y sus livianas pretensiones, hacen de Populaire un título con un marcado aroma de cuento. Un cuento de amor y de superación (la trama de las máquinas de escribir puede emparentarse, sin ser nada descabellado, a films deportivos como Varsity Blues o Karate Kid) en el que todo el mundo consigue lo que anhela.

 

En estos tiempos descorazonadores que vivimos, propuestas como la de Populaire suponen un agradable soplo de aire fresco para soñar y evadirnos.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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