¿Qué es un bertsolari? Un bertsolari es un funambulista en la cuerda floja que halla el equilibrio en las palabras. Un improvisador que lanza al viento su alma. Bertsolari es el primer largometraje documental de Asier Altuna, una fantástica carta de presentación para este género y un hermoso retrato del bertsolarismo para todos aquellos que no lo conozcan.

Un documental para ver y oír:

Bertsolari es la demostración de que un documental no precisa de un potente presupuesto o de unas caras conocidas, ni siquiera necesita tratar de un tema candente para resultar atractivo y sensitivamente mágico. Altuna ha recogido una tradición que le ha acompañado desde la infancia y la ha ensalzado con una fotografía espectacular y un sonido maravilloso que, sin embargo, no han precisado de grandes aspavientos.

Y es que las bazas para ir al cine a ver esta cinta son tres: el tema, la imagen y el sonido. El tema, la presentación que hace del bertsolarismo para doctos y profanos, nos abre una puerta para conocer la cultura vasca y no sólo eso, sino que la sitúa en el contexto global actual y nos sirve a todos para ampliar horizontes. Así, Altuna hace un rápido repaso por el jazz, las peleas de gallos entre raperos… improvisaciones a lo largo y a lo ancho del globo para poner en relieve más lo que nos une que lo que nos separa, dejando un regusto a moraleja nada empalagoso en la boca del espectador

Para ilustrar el tema, Altuna se sirve de las bellísimas tierras vascas y de un sonido que nos envuelve, no sólo cuando nos muestra a los bertsolaris en acción, sino en momentos puntuales en los que juega con nosotros por medio de susurros, de amalgamas de sonido… Como aderezo final, en el documental podemos ver algunos juegos con la imagen y el sonido realmente interesantes y evocadores (un mar de palabras, una representación al borde del precipicio…) que le dejan a uno con ganas de ver más trabajos del director vasco.

En resumen:

Bertsolari, pese a que se alarga un pelín más de lo que debería, es un documental muy interesante que hace que el espectador tenga ganas de saber más sobre una tradición antigua y enraizada en las montañas y en los campos del País Vasco.