Los viajes derriban fronteras y se convierten en experiencias y sensaciones nuevas para la vida. Igual que la comida. Es difícil explayar las sensaciones de la gastronomía  con adjetivos; y es que trasladar las impresiones del paladar a palabras no es del todo fácil.

 

Como ya hicieron otros como Ferrán Adriá, el clan de los Roca ofrece un documental que acerca más al público su universo, y nos intenta conquistar por otros sentidos más allá del gusto, ese ya lo tenían ya dominado hace tiempo. Al menos a los afortunados que se han acercado a “El Celler de Can Roca” en Gerona.

 

 

Joan, Josep y Jordi hacen un viaje durante cinco semanas a ciudades de Estados Unidos, México, Colombia y Perú, donde preparan sus platos a más de 2.700 personas. Reelaboraron sus manjares adaptándose a los ingredientes autóctonos (hasta 200 nuevos). Era la primera vez que el Celler se hacía itinerante, y los hermanos conocían a nuevos cocineros, hosteleros y jóvenes estudiantes de cocina. El objetivo de tal gira era, más allá de condecorar a nuevos talentos con una beca en su establecimiento, mostrar que no hay fronteras en lo culinario.

 

En España la gastronomía está muy intrínseca a nuestra personalidad, y en ocasiones se nos olvida que fuera es también un portento global. Como se refleja en esta película, la aportación de América a este arte entre fogones es inmensa. Este viaje –y el presente título– es un homenaje al continente por ello.

 

Los Roca viajan y aprenden cosas nuevas, productos y alimentos que si a ellos casi no les suena, al resto de los mortales menos. Nuevas experiencias a sus paladares para rehacer platos. Sin duda la comida no sabe de barreras y une culturas, de ahí la cocina de fusión.

 

 

Como todo buen guiso que se precie, el documental se ha hecho con mimo. La cámara en mano recoge las impresiones y charlas de los cocineros con las personalidades que conocen en Lima, México DF, Houston o Bogotá.  Ahí descubren individuos similares a ellos, que hablan de la cocina alegóricamente, que la viven como ellos. Ellos son los protagonistas, pero no hacen sombra a sus contertulios.

 

Cooking up a tribute expresa bien al espectador el ritual que supone la cocina. Es una road movie que, como toda del género, lo importante no es el viaje en sí, sino el cambio que se provoca en sus protagonistas. Para los Roca, lo ha sido sin lugar a dudas. Todo un reto cumplido con creces. Acerca al espectador la figura de este trio con tres estrellas Michelin, y ellos ofrecen ahora por pantalla su arte, que irremediablemente nos abre el apetito.