Madrid 1987

Madrid 1987: Miradas furtivas

Con Madrid 1987 David Trueba y su minúsculo reparto muestran una gallardía digna de admiración. Casi tanta como la de Medem y su equipo en Habitación en Roma. En ambas la desnudez física simboliza la desnudez interna de los personajes y el encierro también les es común. En el primer caso es forzado y en el segundo voluntario. Pero hasta aquí las comparaciones. El discurso e intenciones son bien distintos.

 

A Trueba siempre le ha movido la cotidianeidad, las pequeñas historias que bajo su mirada se vuelven grandes. Y en Madrid 1987 es lo que hace. A través de sus dos anónimos personajes pretende evocar la sociedad de aquel año 87, así como plantear un duelo generacional en dos frentes: la edad y la profesión periodística. Un enfrentamiento que visto con ojos del siglo XXI sigue siendo el mismo. A pesar de tratarse de una historia ambientada 25 años atrás en el tiempo, el debate sigue en boca de todos los implicados y los argumentos esgrimidos son los mismos.

 

Es del futuro de lo que se habla. De un futuro incierto para los jóvenes y la desidia de los mayores hacia el mundo, síntoma de la edad. El mañana laboral, político, social, incluso artístico y sexual… aspiraciones y sueños rotos se funden para dar una visión romántica y melancólica de un tiempo pasado y de un presente incierto.

 

Madrid 1987 / José Sacristán y María Valverde

 

Sin excesivos deleites técnicos la fuerza del relato está en las palabras, unas palabras en labios (casi siempre) de José Sacristán, mientras María Valverde se limita a escuchar, como nosotros, hipnotizada por la labia de ese perro viejo, cínico y desesperanzado. Entre el erotismo y la grandilocuencia el personaje de Sacristán va dando forma a un discurso que es el hilo conductor del film. A veces cargante y tedioso, otras (la mayoría) envolvente y muy valiente, Madrid 1987 no es un film apto para todos los públicos. No lo es porque huye del sentido industrial del cine, a Trueba le interesa más el minimalismo, la vertiente poética del séptimo arte. Esto lleva inevitablemente a trabajar bajo unos cánones que requieren del esfuerzo del público para funcionar como deben. Y es este el condicionante que justifica (al menos hasta donde puede) el fallido ritmo de la obra del director madrileño. Arranca muy bien, de forma sugerente, pero unos actores por momentos algo forzados, los pomposos soliloquios que se marca Sacristán y la falta de acción en favor de la contemplación (del cuerpo de Valverde) lleva a algún que otro altibajo que desespera al espectador menos paciente. Así transcurre hasta que la joven actriz se quita la careta y se desnuda del todo para mostrarse tal como es, reavivando el duelo con su compañero de encierro.

 

Madrid 1987 en el fondo es un título muy erótico. No sólo desde un punto de vista físico y evidente en el que las piernas de la musa encarnada en María Valverde y las miradas furtivas de José Sacristán hacen las delicias del espectador más imaginativo; sino desde un aspecto intangible y más profundo. El erotismo del lenguaje. Hablado y gestual. En el primero el veterano embelesa los diálogos creados por Trueba y en el segundo cobran especial relevancia las ya mencionadas miradas eróticas hacia la belleza etérea. Y ella, en su inocencia, también deja escapar cierto atisbo de picardía. Un juego de voayeurs en el que ambos se espían y son espiados. Incluso cuando se asoman al diminuto ventanuco que les conecta con el mundo, ansían poder observar algo. Bajo el discurso principal (el futuro y la lucha generacional) se insinúa este otro, que se vuelve más fascinante con el visionado bien reposado en nuestra mente. El arte ha de seducir como un buen amante.

 

Consciente por parte del autor o no, percepción acertada de este crítico o no, lde forma colateral se plnatea una duda: ¿El erotismo (la seducción) intelectual sustituye con el tiempo al corporal? ¿Son excluyentes?

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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