Señor, dame paciencia

Señor, dame paciencia: Y van…

Esto es un vasco, un catalán y un andaluz… ¿quién imaginaba cuando se escuchaban esta clase de chistes que acabarían convirtiéndose en un género cinematográfico? Ocho apellidos vascos abría la veda a una ristra de productos que explotaban los tópicos de provincias, aunque de momento se ha limitado al País Vasco, Cataluña y Andalucía, con el juego que daría Murcia… Y así, todo tipo de obras han explorado la parte más castiza y rural de nuestro país.

 

David Guapo, Megan Montaner y Silvia Alonso

 

Señor, dame paciencia es la útima de estas propuestas y gira en torno a la familia de Gregorio (hombre de billetes) que al fallecer se va a Sanlucar de Barrameda con sus tres hijos y sus parejas (un perroflauta y un catalán para sus hijas y un hombre negro para su hijo), imagínense el percal. Pese a la repetida fórmula, la película funciona de una manera bastante aceptable aunque, va de más a menos.

 

Los diez primeros minutos prometen mucho, vemos a una colosal, como siempre, Rossy de Palma intepretar a la matriarca de la familia; la actriz se devora cada milímetro de la pantalla y hace que el mediocre texto parezca algo destacable. Cuando desaparece el personaje de Rossy de Palma la película empieza a sufrir altibajos, aunque tampoco llega a hundirse. El resto del reparto es bastante aceptable, tenemos a Jordi Sánchez (en un personaje que recuerda, una vez más, a Antonio Recio), a David Guapo (quién consigue alejarse de su personaje como monologuista) o Megan Montaner; es Eduardo Casanova quien chirría en todo esto porque, una vez más, repite el personaje del homosexual amanerado y resulta cargante porque ya lo hemos visto durante los más de doscientos capítulos que tuvo Aída.

 

Silvia Alonso, Eduardo Casanova y Bore Buika

 

Lo que más sorprende de la cinta es su aspecto cinematográfico, algo inusual en estas comedias que se nutren de un constante plano contraplano; rodada en 2:35, el director aprovecha las posibilidades del formato y mueve la cámara constantemente haciendo que los diálogos y situaciones fluyan con una naturalidad y huyendo así del formato televisivo que suelen respirar estas películas.

 

En definitiva, siendo una comedia más, funciona bastante bien como producto veraniego puesto que, pese a reciclar clichés y chistes, tiene un tono bastante fresco y, al estar liberada de pretensiones, resulta agradable pero intrascendente.

Acerca de Alex Manzano

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Cine, arte y tebeos. Amarás el musical sobre todas las cosas. John Cameron Mitchel es mi dios. Si quieres encontrarme, busca en mi habitación. Si no, en cualquier rincón de Madrid.

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