Jason Momoa

‘Wolves’: Dinero antes que historia

Los monstruos clásicos han tenido, en su mayoría, una interpretación dramática y una representación más que digna en la pantalla: de los vampiros nadie lo duda, el Nosferatu de Murnau continúa siendo hoy un referente del cine de género y de la historia del cine; los zombies han tenido varias etapas doradas, desde florecer con La Noche de los Muertos Vivientes de Romero de 1968 hasta la hartura actual de Guerra Mundial Z, pasando por el profundo análisis que se les hizo en los años 70 y 80; los monstruos más allá del tiempo y el espacio fueron apadrinados por Ridley Scott en Alien, el Octavo Pasajero; los fantasmas de El Sexto Sentido fueron capaces de crear un género nuevo; y los demonios aparecen en las listas de los intelectuales más trasnochados, para hablar de La Semilla del Diablo de Polansky o El Exorcista de Friedkin como algo más que cine fantástico y de terror. Pero los hombres-lobo no. A esos no los quiere nadie.

 

Jason Momoa

 

Ha habido intentos de elevar a los hombres-lobo a la categoría de metáfora, pero se han quedado en un entretenimiento para adolescentes ansiosos de hombres duros con poca sesera y mujeres exuberantes, cuanto más sumisas mejor. Es lo único que David Hayter pudo hacer, al menos, cuando decidió escribir y dirigir Wolves. Sin embargo, no es muy probable que esta película aparezca en la sección de cine de autor del Fnac.

 

No se debe cometer el error, no obstante, de que Haytes no tenía intención en su obra. Quizá no tenga las pretensiones del cine de autor al que nos tiene acostumbrado Haneke o Woody Allen, pero existen y hay que tenerlas presentes para poder entender una película que no solo repite el modelo de cine adolescente desde los años 50, sino que hace todo lo posible por devolver a la mujer al lugar que ocupaba en la misma época, detrás y a las órdenes de un hombre más fuerte que ella. Las intenciones del autor, son claramente, económicas. Quizá esto suene absurdo, ya que se entiende que toda obra cinematográfica tiene el mismo objetivo. Pero no nos olvidemos de que esa debe ser la intención de un estudio o productora que debe ganar dinero para seguir generando cine. Pero un director debe tener como objetivo contar una historia, dar un mensaje o, al menos entretener al público. Pero Haytes solo pretende hacer una presentación de capacidad para dirigir obras que generen dinero a un estudio, que no hablen de él como director más que como un corredor de apuestas, para que el día de mañana puedan darle películas con más presupuesto y, en última instancia, llevarse más dinero.

 

Merritt Patterson

 

Habrá algún lector que opine que esto no es un problema, después el todo el cine es un negocio. Pero para aquellos lectores con capacidad crítica, es necesario conocer lo que se esconde detrás de Wolves cuando hagan su balance para decidir si gastan su dinero en una sala de cine o en una conexión a internet decente.

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