Superman: Tierra Uno

Superman. Tierra Uno #1-2: La marvelización de Clark Kent

Con el concepto de Tierra Uno lo primero que le viene a uno a la mente es el ejercicio que hizo Marvel con la línea Ultimate hace unos años, una nueva continuidad sobre la que reimaginar todo su universo, liberarlo de años de historias, partir de cero con unos personajes a los que se les dotaría de un nuevo origen y formas de pensar o actuar. Una modernización de los iconos con vistas a llegar a un público más amplio. Un ejercicio similar al que nos encontramos aquí, aunque hasta el momento DC Comics solo ha concebido nuevas revisiones de Batman (de la que ya hablamos hace algunos meses) y Superman, que ahora nos ocupa.

 

Y si a los guiones del renacimiento del Cruzado Enmascarado estaba Geoff Johns, a los del Hombre del Mañana también tenía que estar un primer espada y el elegido fue J.M. Stracynski, autor alabado por muchos y denostado por el fandom más fanático, una de las firmas más influyentes que ha tenido Spiderman (para bien y para mal con sagas como El Otro o Un nuevo día) y cuyas etapas al frente de héroes como Thor o Wonder Woman dejan bien claro que lo suyo no es pasarse de puntillas por las colecciones en las que trabaja, sino que remueve hasta sus cimientos para ofrecer algo que les estimule tanto a los resabidos lectores como a él como escritor.

 

Superman: Tierra Uno

 

Así, la cantinela de «¿otra vez un nuevo origen de Superman? ¿Pero cuántas veces van?» hay que dejarla aparcada ante los cómics que tenemos entre manos. Unos cómics que actualizan el mito del Hombre de Acero, revolucionando su universo mientras respeta lo esencial y cargando al personaje de un abanico emocional que ya habrían querido para sí los responsables del nUDC viendo como se está desarrollando la serie regular. Fiel a su estilo, Stracynski dota a su encarnación de Superman de una humanidad que pocas veces hemos visto. No hay más que echar un vistazo a las colecciones que hay en circulación ahora mismo (la recopilación de John Byrne o las dos series del nUDC) para comprobar esta afirmación. De tomar una posición paternalista o endiosada (según el caso) hacia la humanidad en otras interpretaciones, en esta se ha convertido, prácticamente, en Peter Parker. Dada su edad cuando se inicia la historia (unos 20 años) y su frágil aspecto físico, era casi una obligación tirar por estos derroteros. Clark Kent es un chico muy retraído, poco sociable, inundado por las dudas sobre quién es y con una tremenda lucha interior entre su deseo de sentirse integrado y aceptado por los demás y la necesidad de usar sus poderes con libertad y ser él mismo.

 

Con estas bases y a modo de presentación del personaje (tomando como modelo a Spider-Man) Clark tiene un primer impulso de utilizar sus habilidades en beneficio propio, pero la responsabilidad siempre llama a nuestra puerta y el joven kriptoniano se descubre como el héroe que es.

 

Una vez presentado al personaje y dándole una apariencia (física y emocional) que establece claras diferencias con la imagen que más o menos tenemos todos, es preciso seguir ahondando en esta modernización con el fin de Krypton o los aliados y enemigos del héroe. Y es aquí donde el guionista decide exprimirse en favor de crear una atmósfera épica y unos secundarios que no sean meras comparsas o bufones. Destaca sobre todo Jim Olsen, un fotógrafo decidido y batallador que no duda en tomar los riesgos necesarios por conseguir la verdad; un excelente partenaire para la siempre intrépida Lois Lane. Los villanos por su parte, son capaces de llevar al límite las capacidades de Superman, explotan sus debilidades (sin acudir a la kriptonita, esa que tanta polvareda ha causado después de que Zack Snyder renegara de ella para su Hombre de Acero) y lo convierten en un héroe accesible, cercano al resto de mortales.

 

Esta vulnerabilidad es, sin duda, uno de los elementos que mejor sabe usar Stracynski y el dibujante Shane Davis para potenciar el aspecto cinematográfico de la historia. Las batallas entre Superman y los villanos de ambos volúmenes son espectaculares y están muy bien resueltas, no basan su desenlace en el azar o en ayudas inesperadas de última hora. La historia tiene pocos altibajos en el ritmo gracias a unos ágiles diálogos que saben jugar con algunos de los tópicos del género y a un inteligente uso del flashback para convertir a Jonathan Kent en un personaje vital de la aventura y mostrar a un jovencísimo Clark en Smalville que nos ayuda a comprender su status actual.

 

Superman: Tierra Uno, además, intenta ofrecer un poso de conciencia social. Sin la garra de, por ejemplo, los primeros números de Action Comics en el nUDC y con un tono excesivamente sentimental, esta intencionalidad es una herramienta más del acercamiento de Superman al mundo que ansía proteger. Tierra Uno «marveliza» al Hombre de Acero.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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