ECC Ediciones nos trae, de la mano de los guionistas Scott Beatty y Chuck Dixon, uno de los volúmenes más interesantes dentro de las historias relacionadas con el cruzado enmascarado y su cada vez más numerosa batfamilia. Se trata de Batgirl: Año Uno, historia enmarcada dentro de una iniciativa de los escritores para explotar el filón que supuso la aparición de Batman: Año Uno y que dio lugar también a Robin: Año Uno y Nightwing: Año Uno.
Como es previsible, lo que nos vamos a encontrar en este tomo (que recopila los nueve números de la edición original norteamericana en formato grapa) son los primeros pasos de Bárbara Gordon en el mundo de los vigilantes, su intenso proceso de aprendizaje y, claro está, el debate interno de la propia Bárbara para dar un paso tan importante en su vida (conociendo sobre todo la opinión de su padre, el futuro comisario Gordon). Para ello Dixon y Beatty se rodean de un equipo artístico de excepción y con marcado acento español. Marcos Martín a los lápices, Álvaro López como entintador, y Javier Rodríguez poniendo el color a esta estupenda aventura iniciática.
Los guionistas no buscan revolucionar los orígenes de Batgirl, ni mucho menos. Lo que pretenden es actualizar y ordenar las primeras historias de la heroína, de forma que resulten mucho más accesibles para todo tipo de lectores. No hay cambios drásticos a lo que conocemos respecto a Bárbara, solo pequeños matices que ayuden a cohesionar bien su relato y servir al propósito que se marcan al inicio de la obra: concoer los orígenes de Bárbara. Es, como decíamos, una historia iniciática, y sigue todos los estándares de las mismas. No faltan las figuras del mentor o de ese antagonista que muestra a la heroína la verdadera escala de las aventuras que va a tener que correr.
Dixon y Beatty aprovechan muy bien el background del personaje y su ya extensa historia, acudiendo a situaciones y personajes que han marcado tanto sus inicios como su posterior trayectoria vital. De esta forma encontramos a vigilantes que un día serán grandes aliadas, como Pájaro Burlón. Ambientada la historia en el supuesto año primero de Batgirl, los autores tampoco dejan pasar la ocasión de hacer guiños al futuro, trágico futuro, que aguarda a la joven Gordon.
Desde que Alan Moore diera un golpe sobre la mesa con La broma asesina, la historia de Bárbara Gordon ha estado marcada por la tragedia. Incluso en etapas más coloridas como la guionizada por Cameron Stewart y Brenden Fletcher, ese fatal episodio está muy presente. No son pocas las referencias al mito de Casandra o las menciones al Oráculo. Incluso la figura del Joker, sin hacer acto de presencia para nada en el relato, se menciona como símbolo de terror, de auténtico mal.
Así, de fondo somos testigos de una lucha de Bárbara (aún sin saberlo) contra su propio destino. Este le empuja desde las primeras páginas hacia una dirección muy concreta, pero la aspirante a heroína decide levantarse y demostrar que es ella quien marca su propio horizonte. Los autores dejan una lectura con sabor a tragedia muy interesante. Se establece un contraste muy poderoso entre la fuerza que muestra Batgirl luchando contra todo y todos y ese incierto futuro que, por otra parte, la llevará a ser una parte indispensable del universo DC.
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