En el siguiente texto vamos a repasar dos de los volúmenes editados por ECC Ediciones de la etapa de Scott Snyder al frente de las andanzas del Caballero Oscuro, acompañado de James Tynion IV en el guion y Greg Gapullo a los lápices Hablamos de la serie regular de Batman, recopilada ahora en varios tomos en cartoné y nos centramos en los libros Vigilancia Nocturna y Final del Juego. Dos libros que cierran una etapa y aue abren diferentes caminos para Bruce Wayne y los suyos.

Vigilancia Nocturna tiene como misión recuperar los números que se han ido quedando colgados hasta el momento. Algunos como el número #0 sin ninguna razón lógica, pues siendo prólogo de los hechos recogidos en Ciudad Secreta, podría haber entrado ahí (recordemos que ese tomo recopilatorio solo contenía cuatro números). Además de este #0, el volumen recoge los números #12, #18-20, #28, #34 y el segundo Annual de la colección. El primero de estos, el número #12 sirve como presentación de un personaje que se aliará con Batman en su cruzada contra el crimen y tendrá largo recorrido en series como Batman Eterno. A esta le sigue una historia en dos partes que enfrenta a un torturado (más si cabe) Bruce Wayne contra Clayface y otra en la que ha de lidiar con una amenaza de carácter sobrenatural, para la que contará con un aliado de acero.

En estos capítulos, #18-20, se nos empiezan a arquear las cejas pues descubrimos, a través de algunos de los diálogos, que cierto personaje ha fallecido y esto está destrozando a Batman por dentro. ECC y sus cosas, que siguen empeñados en dificultar las cosas a los potenciales lectores. Ni artículo que explique el contexto de estas historias, ni asterisco el el bocadillo de turno que señale donde ha tenido lugar dicha desgracia. La respuesta, de todas formas, la tenéis en el segundo volumen de Batman Inc. de Grant Morrison.

A estos les sigue el segundo Annual. Estamos ante un capítulo, a priori intrascendente, pero que cobra sentido en la recta final del volumen Final del juego, así que es recomendable leer con detenimiento y prestar atención a aquellos detalles que pudieran pasar por secundarios. Y para el cerrar el tomo llegan (en este orden) Batman #34 y Batman #28, dos capítulos que nos vuelan la cabeza. ¿Por qué? Porque se sitúan en el contexto de Batman Eterno, presentando unas ideas y una situación (para personajes como Gordon o Selina Kyle o la propia ciudad de Gotham) para las que no tenemos ningún referente.

Para todos aquellos que solo estén siguiendo las andanzas de Batman a partir de esta recopilación en tapa dura de la etapa de Scott Snyder, Vigilancia Nocturna es un volumen que solo genera ruido y confusión. No aporta absolutamente nada. Y solo es recomendable por puro completismo o para quienes tengan interés en Batman Eterno.

Batman Eterno.

Sí.

La dichosa cabecera (terríblemente recomendable, como atestigua nuestro querido RJ Prous) cobra una importancia enorme en el Batman de Snyder, ya que escenario en el que transcurre el tomo Final del Juego (que incluye Batman #35-40) es consecuencia directa de las tramas que tienen lugar en aquella serie.

Pero si no tenéis cuerpo o ganas de meteros en ella, tampoco es el fin del mundo. Basta con contar hasta diez antes de abrir el libro y aceptar las cosas tal y como nos vienen. Lo bueno de esta saga orquestada por Snyder, que recupera al Joker tras la fatídica Muerte de la Familia, es que causa tal impacto inicial y va tan al límite en su apuesta que no da tiempo a plantearse según que cosas. Desde que arrancara su etapa en los nu52, Joker ha sido una presencia constante, terrorífica e implacable, capaz de remover los cimientos de la Batfamilia como nadie, y eso que ya hemos visto como se las gastan los Capuchas Rojas o Enigma. Pero Joker solo hay uno. Quizás precisamente por el listón que habían dejado los últimos enemigos con los que Snyder había enfrentado al Caballero Oscuro, era el momento de que el payaso del crimen reivindicara su posición sobre los demás.

Batman debe luchar a cara de perro y estar dispuesto a hacer el sacrificio definitivo. Este Joker dice estar cansado del juego y estar dispuesto a tomarse en serio su rivalidad con el murciélago, lo que significa que deberán entrar en una guerra sin cuartel, en la que no habrá prisioneros. La imprevisibilidad del Joker se convierte en terror, y Snyder transmite ese desasosiego y desesperación como nadie. Por momentos Final del Juego puede volverse una lectura incómoda, pues la misma Gotham está al borde del abismo.

Hay cierta sensación de fin de ciclo. Snyder se ha empeñado en destruir a Batman poco a poco. Desde el Tribunal de los Búhos ha ido despojándole de todo: su identidad, su familia, su legado, su ciudad… y ya solo queda la persona. Obviamente, ya no es tiempo de juegos. El guionista hace al propio Batman consciente de la situación y no duda en acudir al reflejo de tramas pasadas, como el citado Tribunal de los Búhos o el Año Cero. Crea a su vez -o profundiza más bien- en toda la mitología en torno a la urbe gothamita, haciendo del Joker una figura de capital importancia, pero más misteriosa si cabe de lo que era antes. Su figura representa el terror y la locura en sus acepciones más generales, obligando a todo aquel que quiera detenerle a cruzar cualquier líneas rojas imaginables.

Scott Snyder propone un final del juego por todo lo alto, difícilmente igualable y mortalmente atrevido.