Batman / Juez Dredd

Batman / Juez Dredd #1-2: Titán contra titán

Batman / Juez Dredd: Volumen 1«¿Cabría la posibilidad de que hablara con alguien inteligente?«

 

¿Qué pasaría si una fuerza imparable chocara contra un objeto inamovible?

 

La clásica paradoja utilizada comúnmente para discutir la existencia de la divinidad ya fue expuesta por el Joker en El Caballero Oscuro (Christopher Nolan, 2008) para referirse a su relación con Batman. Según el villano, la moral del alter ego de Bruce Wayne sería ese objeto inamovible mientras que él (y el caos que defiende) sería la fuerza imparable apuntando en su dirección.

 

El Juez Dredd representa en el contexto de Mega-City Uno el mismo concepto que la moral de Batman y, sin embargo y entre ellos, la férrea defensa de las leyes de éste personaje convierte al otro en la fuerza incontenible que para él fuera su enemigo por antonomasia.

 

Los guionistas Alan Grant (de largo recorrido y amplia experiencia en las páginas de 2000AD) y John Wagner (creador del personaje del Juez Dredd) decidieron en los dulces 90 plasmar la paradoja en las páginas de una serie de historias autoconclusivas que revelarían el buen funcionamiento en comunión de los universos de ambos héroes de la viñeta. ECC, de manera muy inteligente, ha agrupado las historias en dos volúmenes en los que Dredd viaja a Gotham desde su dimensión (en el primero de ellos) y Batman hace lo propio en una extensa aventura final que copa la mayor parte de las páginas del segundo ejemplar.

 

Lo cierto es que el espíritu de 2000AD se impone al de DC en las historias de ambos tomos y es por ello que lo que nos encontramos son altas dosis de casquería acompañadas por el lenguaje y los modales propios de la colección que Pete Travis llevaría al cine el año pasado con la compañía del solvente Karl Urban. Todo ello regado por hectolitros del sentido del humor ácido y brutal de la publicación británica. Esto viene a significar que lo que tenemos entre manos desprende un aroma muy a lo Mega-City Uno de principio a fin; sólo en el segundo volumen (curiosamente cuando la acción se desarrolla en la gigantesca urbe del siglo XXII) se nos permite ver de nuevo al Detective en plenitud, aunque esto se diluya al precipitarse los acontecimientos.

 

Las historias tienen un alto porcentaje de aventura en el primer libro, dejando la más trascendental y trabajada para la segunda entrega. Así, Judgment on Gotham y Vendetta in Gotham funcionan como meros preludios para la fantástica Die Laughing mientras que The Ultimate Riddle se puede considerar como la única historia verdaderamente autoconclusiva de las que tienen a estos dos protagonistas. Dicho de otro modo, Judgement presenta a los personajes y Vendetta da pistas sobre los motivos (aparte de ser la enésima versión del enfrentamiento entre héroes en pos de un objetivo misterioso).

 

Batman / Juez Dredd

 

«¡Con una mente así no puedo hacer nada!«

 

Die Laughing es una propuesta más seria que las anteriores, a pesar de su título, y pone a los héroes frente a frente con sus némesis en una batalla por una sociedad que reniega de sí misma. La historia inaugural del Volumen 2 olvida las rencillas entre Dredd y Wayne para ponerlos a combatir contra cuatro auténticos demonios y su desquiciado «mánager», pero por el camino hace una crítica descarnada a la complaciente sociedad de los años 90, aquella que se recostó en su propio éxito y se dejó llevar hasta la crisis económica mundial de la que aún tratamos de escapar. El cómic tiene acción, violencia gratuita y humor negro a raudales, pero uno lee esta aventura sabiendo en todo momento que hay mucho más de lo que parece bajo la primera capa.

 

El Volumen 2 cierra con una breve, pero intensa, «colaboración» entre Dredd y el personaje más impredecible y salvaje del universo DC: Lobo. Psycho Bikers vs. The Mutants from Hell envía al cazarrecompensas y mercenario a Mega-City Uno para cobrarse una deuda, le cueste lo que le cueste a todo aquel que quede en medio. El Juez será en este caso un mero comparsa del último czarniano, que se despacha a gusto con los mutantes que habitan el subsuelo de la gran ciudad post-apocalíptica que ideó Wagner allá por 1977. Sin aportar nada nuevo a lo leído en las otras cuatro historias, la cruzada de Lobo y Dredd sirve para cerrar con bastante humor y mala leche dos tomos que valen su peso en oro.

 

Batman / Juez Dredd: Die Laughing

 

«¡Vosotros dos, poneos las esposas!«

 

El apartado artístico de estos dos tomos es de lo más variado. Grant y Wagner contaron para sus historias con un grupo de artistas de excepción que supieron sacar buen provecho de los personajes que les cedían. Simon Bisley ilustra Judgement on Gotham y con su abundante uso del acrílico y su estilo intensifica el ambiente sombrío y neblinoso de la ciudad. Le sigue, en Vendetta in Gotham, Cam Kennedy (¡con portada de Mike Mignola!) y su trazo, más simplista para una aventura que únicamente cobra importancia a raíz de su sentencia final. Cierran el primer tomo Carl Critchlow y Dermot Power con un dibujo que corta la respiración y da a entender el mimo con el que estas historias fueron cocinadas desde el seno de 2000AD.

 

Glenn Fabry (ganador de un Eisner por su trabajo en Hellblazer) hace virguerías como la que veis sobre estas líneas para ilustrar Die Laughing y convertirla en un regalo (o una pesadilla si sois aprensivos) para los sentidos. Este británico de medio siglo y cara de loco se encarga (junto a Jim Murray y Jason Brashill) de verter litros de tinta sobre cada página hasta convertirlas en pequeñas obras de arte irreverente y detallista, como se merece esta pequeña joya de los crossovers.  Frente a este equipo, el arte de Val Semeiks en Lobo / Juez Dredd queda algo deslucido y convencional, pero es que ese es el precio de compartir cama con la gloria.

 

ECC ha editado ambos volúmenes sin extras y en rústica para poder ajustar el precio. ¿Merece la pena la inversión? Muchísimo.

Acerca de RJ Prous

Avatar de RJ Prous

En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

Deja un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *