Constantine: Hellblazer #2

Constantine. Hellblazer #2: Una moda entendible

Constantine: Hellblazer #2«Nunca te perdonaré por esto«

 

¿Os acordáis de cómo, hace unos meses, decía que me daba pena lo desaprovechado que estaba el potencial de Constantine en el NuDC? Bueno, pues, pese a que esta serie lo intenta de manera notable, no convendría que guardarais todavía los pañuelos, porque la llegada de Renacimiento significará en noviembre de este mismo año el final de una serie que, al menos, habrá contado con esos doce número de rigor que DC le concede a las pequeñas series que merecen la pena ser leídas.

 

En el tomo que nos ocupa hoy, justo el ecuador de la colección, Ming Doyle y James Tynion IV dan fin a la trama que inició la cabecera, embarcan a nuestro protagonista en una historia de lo más verde y dejan todo preparado para el gran final que veremos en el próximo número. Dicho de otro modo, se trata de un tomo a medio camino de todas partes, con mucho que decir, pero poco que contar. De los que nos sirven para reflexionar un poco acerca de lo que estamos viendo en la serie antes de que ésta vuelva a meter la sexta marcha y nos deje atrás.

 

«Parece que hayas tenido una noche dura«

 

Pues bien, reflexionemos. Hay un detalle de este nuevo Constantine que no nos ha pasado desapercibido y es su viraje hacia el otro lado de la acera, algo que no mencioné en el primer tomo por no venir a cuento, pero que me da pie a pisar el campo minado en el que estoy a punto de adentrarme:

 

Porque llevamos una época en la que las editoriales, acuciadas por el éxodo de lectores, buscan renovarse e identificarse con la generación actual. Esto ha llevado, por una parte, a tomar en consideración a las minorías raciales de los Estados Unidos (es muy complicado definir el concepto de ‘minoría racial’ en un país compuesto por inmigrantes de los cinco continentes, pero bueno…) con series como Ms Marvel o Nova en Marvel o con conceptos fugaces como el Superman negro y presidente que presentó Grant Morrison en su El Multiverso. Más aún, un mundo cada vez más contrario a la homofobia exige una diversidad de orientaciones sexuales igualmente rica en sus personajes ficticios (ya sean estos del cómic, el cine o la televisión). Así, la Casa de las Ideas nos ha ido presentando a gente como Wiccan, Hulkling o Prodigio mientras que DC (incluso antes que su directa competidora) nos fascinaba con personajes como Renée Montoya o Batwoman, dos ejemplos de mujeres fuertes en las que la orientación sexual sólo representa un breve inciso en el total de lo que significan para las historias que han protagonizado.

 

Constantine: Hellblazer #2

Constantine: Hellblazer #2

 

Sin embargo, parece ser que las editoriales en ocasiones deben pensar que no son lo suficientemente ‘guays’. En esos momentos tienen reacciones típicas del padre que quiere pasar por moderno delante de l@s amig@s de su hij@ y se pasa de frenada como diez millones de kilómetros, o algo así. En esos momentos es cuando vemos que se publican cómics juntando a toooodos los personajes latinos o afroamericanos de una editorial (Poderosos Vengadores) o, y aquí me hago eco de una noticia aparecida recientemente en la prensa, sueltan ‘bombas’ como la del Hombre de Hielo gay o, ahora, la Wonder Woman lesbiana. Entiendo el por qué (es mucho más fácil normalizar un concepto si lo ‘viste’ un gran héroe que si se crea un nuevo personaje desde cero), pero en la mayor parte de las ocasiones (a Marvel me remito) la situación queda tan irreal y poco razonada que suena más a estrategia de márketing (hagamos ruido, no importa el mensaje), que a campaña por la igualdad.

 

«Si lo aprecias déjale volver a su vida normal«

 

Esto no ocurre con Constantine. Doyle y Tynion IV tienen una gran idea al juntar al mago inglés con el alto y fuerte Oliver. Si lo pensamos bien, imaginar a John como un simple y llano heterosexual sería insultar a un personaje que lo ha probado todo en esta vida y que ha vivido a través de las vidas de los muchos amigos y compañeros a los que ha sobrevivido. Hacer de Constantine un personaje bisexual es más un ejercicio de lógica que de modernidad y es, incluso, bastante divertido verle por ahí acompañado de un hombre más alto y fornido que él, dando la impresión de que, por una vez, él es el protegido. No vale con poner en todas las revistas a un Superman homosexual (¿se atreverán alguna vez en Estados Unidos?). Tiene que tener sentido.

 

Constantine: Hellblazer #2

Constantine: Hellblazer #2

 

La historia de este segundo volumen gira, en definitiva, acerca de la necesidad de compañía de John Constantine (recordemos que acaba de perder a todos sus fantasmas) y de la incompatibilidad de su vida loca con dicha necesidad. Al final de la serie el flacucho inglés deberá tomar una decisión con respecto a su futuro y (aunque nos importará poco gracias a Renacimiento) habrá de aprender a vivir con las consecuencias. ¿Qué pesará más? ¿Su soledad o su amor por la magia?

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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