Antes de Watchmen: El Comediante

El Comediante 1-2: The times they are A-Changin’

Antes de Watchmen - El Comediante 1«Entiendo que no eres ningún idealista, pero creo que sabes lo que hay que hacer Eddie«

 

Ha llegado a España Antes de Watchmen, la serie de cómics basados en la obra maestra de Alan Moore. Desde La Noche Americana ha sido muy complicado decidir cuáles de estas nuevas series cortas seguir, pero al final se han impuesto la saga de Ozymandias (de la que os hablaré próximamente) y la del Comediante. El motivo parte del simple hecho de que la muerte de uno marca el comienzo de los acontecimientos de Watchmen, mientras que el papel del otro determina la conclusión de la historia. Pero eso no es todo con respecto al Comediante. Por mucho que Rorschach narre gran parte de los hechos del cómic original, la mayor parte de las sentencias «filosóficas», las grandes verdades que rigen la distopía estadounidense del cómic, parten de los labios de este sádico y cruel justiciero.

 

De las correrías del Comediante se ha encargado nada menos que el insigne Brian Azzarello (Wonder Woman, 100 Balas) y eso debería darnos una medida de la importancia que han dado desde DC Comics a este proyecto (Azzarello también se ha ocupado de la serie de Rorschach). Como dibujante tenemos a J.G. Jones, más conocido por sus trabajos como portadista y que aprovecha la oportunidad para regalarnos unas páginas plagadas de realismo cuasi fotográfico. ¿Necesitamos algo más?

 

«A los americanos no les importa. Todo se reduce a la comodidad«

 

Podría responderse a la anterior pregunta con un sí entrecomillado. Parece mentira que alguien que ha emocionado al mundo con Spaceman y que ha revivido la serie de Wonder Woman hasta llevarla a una nueva época dorada construya un relato tan deslavazado como el que nos presentan estos dos primeros números del Comediante. Quizás sea porque me cuesta creerlo, pero quiero pensar que los culpables hay que buscarlos en la editorial al encorsetar en seis números la historia y obligar a presentar un número reducido de páginas por entrega para poder colar la historia de La Maldición del Corsario Carmesí (de Len Wein y John Higgins) Para otros autores el reto habrá sido mayor o menos, no voy a discutirlo, pero Azzarello no parece sentirse cómodo con un ritmo impuesto desde las altas esferas. Da la impresión de que con más páginas el autor habría firmado un relato mucho más consistente y llamativo. Una lástima.

 

El primer número del Comediante no ha calado bien en ninguna parte (es uno de los peor valorados en Estados Unidos) ¿Irá remontando el vuelo conforme avance la saga? Para ello tenemos en nuestro poder también el número dos que, si bien peca de muchos de los defectos del primero, nos va avanzando cómo se pudo romper el muñeco del gobierno y cómo llegó Blake a darse cuenta de que todo en esta vida no era más que un mal chiste.

 

Antes de Watchmen - El Comediante 2«¿Comunismo? ¿Guerra? No creerá en toda esa mierda, ¿verdad?«

 

Decepciones narrativas aparte Azzarello propone una revisión del personaje del Comediante bastante menos fría y cruel de la que Moore plasmó en los años 80. Esto puede chocar a muchos, pero nadie nace siendo un Comediante, nadie se lo toma todo a broma ocultando un profundo odio por todo y por todos sin haber sufrido antes una y otra estocada en el corazón. El guionista hace que estas estocadas sean asestadas a través de la relación del justiciero con la familia Kennedy y de un profundo sentimiento patriótico que se va desmoronando cómic a cómic. La primera entrega nos lleva de la mano a uno de los momentos clave en la historia «reciente» de los Estados Unidos y toma un partido tajante acerca de quién fue el que apretó el gatillo realmente cuando se asesinó a JFK.

 

El segundo volumen avanza unos cuantos meses en el futuro para dejar caer a Blake en Vietnam. Y ahí es donde vemos al joven volverse adulto de golpe y abandonar de repente todo en lo que algún día creyó. Azzarello se sirve de la indolencia norteamericana con respecto a la guerra en el continente asiático (en sus primeros compases) para sumir al protagonista en un estado de desesperación del que solo podría salir siendo terriblemente pragmático y, por consiguiente, cínico en extremo.

 

ECC acompaña a los dos tomos con sendos artículos de David B. Gil y con una galería de portadas que valen su peso en oro: Jim Lee, Eduardo Risso y Tim Bradstreet firman unas ilustraciones que más de uno (y me incluyo) desearía tener colgadas en la pared de su cuarto.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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