Antes de Watchmen: El Comediante

El Comediante #4: Lisérgico viaje a la destrucción

Antes de Watchmen: El Comediante #4«El perro del mierda del Charlie ese. Esto sí que es potente«

 

Eddie ha vuelto a Vietnam. Se acabó eso de actuar como Rambo en Acorralado (1982) provocando disturbios y enfrentándose a la policía local en Estados Unidos. Sin embargo, la vuelta a su elemento natural tampoco va a contentar al más impredecible de los protagonistas de Watchmen.

 

La Guerra de Vietnam se extendió por nueve años durante la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Fue la primera guerra que llegó a las pantallas de televisión al mismo tiempo que se estaba librando en el frente y constituyó una dura prueba (con permiso de todos aquellos vietnamitas que murieron tan sólo por estar «en medio») tanto para las familias y los ciudadanos estadounidenses, que en toda una década tuvieron tiempo más que suficiente como para darse cuenta de lo estúpida que estaba siendo la guerra, como para los soldados. Estos últimos veían muy lejano el momento de volver a casa debido a la falta de voluntad del Alto Mando de hacer progresos ya que ello significaría subir varios grados la temperatura de la Guerra Fría. Con este clima y con las primeras drogas de diseño comenzando a hacer estragos en la sociedad estadounidense en el frente comenzaron a sucederse los abusos, las violaciones y las matanzas indiscriminadas. Es en este escenario en el que volvemos a encontrar este mes al Comediante.

 

En el segundo tomo de la colección vimos como Blake cruzaba varias delgadas líneas rojas en pos de hacer avanzar la guerra. Para un hombre tan expeditivo como él, llegar a un escenario como el anteriormente descrito debió ser un auténtico suplicio. Y, teniendo en cuenta su ya muy desequilibrada mente, esta segunda visita iba a ser la que destapase al monstruo interior ansioso de sangre y destrucción que El Comediante siempre había tratado de ocultar tras un fino barniz de heroísmo.

 

«Puedo ver… el sonido del silencio«

 

Como he indicado antes, si a todo esto le añadimos los primeros escarceos de Eddie con el LSD tenemos entremanos un peligroso cóctel de violencia y desinhibición que conecta directamente con la llegada del Dr. Manhattan al frente (un evento que presenciaremos con bastante seguridad en el próximo número) y los acontecimientos que llevarían a Blake a lucir su característica cicatriz facial durante el resto de su vida.

 

Antes de Watchmen: El Comediante #4

 

Brian Azzarello ha elegido contarnos este capítulo de la historia partiendo de su final y recurriendo a breves (y no tan breves) flashbacks que nos muestran el descenso a los infiernos de Eddie Blake y la criatura que surge después. Con el paso de los números se le coge el gusto a esta colección y ahora puedo decir que quizás una de las cosas que echan para atrás es que ninguna persona cuerda puede ponerse en la piel del asesino sonriente que es el Comediante. Cuesta entender gran parte de las motivaciones de este depredador, pero el viaje al interior de su mente merece la pena.

 

ECC completa el número con la siguiente parte de La Maldición del Corsario Carmesí, las portadas oficial (J.G. Jones) y alternativa (muy buena, de Brian Stelfreeze), los siempre instructivos artículos de David B. Gil y con, sorpresa, una de las mejores portadas del primer número reconvertida en un póster que podéis separar sin problemas del número de este mes.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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