Nueva ración de Injustice: Gods Among Us en su formato de grapa mensual. En los capítulos precedentes Brian Buccellato ha estado muy ocupado midiendo las fuerzas de las fuerzas de Superman y la de los dioses olímpicos al servicio del todopoderoso Zeus, con el consiguiente conflicto para Diana, que se ve entre la espada y la pared. Pero cuando es Themyscira la que está en peligro, la amazona no tiene dudas sobre con quién posicionarse.

La situación se pone a punto para la aparición de nuevos actores en la contienda como Aquaman y… Ya estamos en el punto y final del cuarto año de la cabecera y el cierre del mismo tiene que estar a la altura. Aquí, mientras los colosos se enfrentan a puñetazo limpio, Batman emula a Ares y maquina en las sombras como si de un tirititero se tratase, jugando con antiguos aliados y dioses (nuevos o viejos) por igual. En este cuarto año, y en especial en su recta final, Bruce Wayne se ha dado cuenta de que la escala de la contienda le ha superado por completo y no puede luchar de tú a tú con las fuerzas que ha desatado, de ahí que haya pasado a un segundo plano y se mantenga en la retaguardia.

Buccellato ha sabido hacer que el Cruzado Enmascarado dé un paso atrás, sin que ello repercuta en su presencia. Su influencia sigue haciéndose notar. Después de todo es Batman. Pero claro, alguien tiene que tomar ese rol contrario a Clark y ahí ha entrado Diana, más o menos. El dilema de Wonder Woman sobre si pesa más la lealtad a sus amigos o a su linaje ha sido uno de los grandes focos de esta cuarta temporada. Esto ha servido, además, para demostrar que a pesar de la ofuscación derivada de la tragedia y que los métodos de unos u otros se hayan envilecido y extremado, en el fondo los objetivos de los «héroes» siguen siendo lo mismos. Y los de los «villanos» también. El Annual recogido en Injustice: Gods Among Us #48 expresa esta idea a la perfección.

En el apartado gráfico, muy en sintonía con lo que lelvamos viendo en los últimos meses, resulta interesante y gratificante observar la importante presencia española a los lápices gracias a artistas como Xermánico, Bruno Redondo o Jordi Tarragona que hacen de esta una de las colecciones editadas por ECC Ediciones más apreciadas por parte de los lectores españoles.