Con la serie de televisión yendo viento en popa en Estados Unidos (va por su tercera temporada) gracias al buen hacer de su protagonista, Melissa Benoist y a un tono que la emparenta con las otras producciones de la cadena CW (valgan The Flash y Arrow como ejemplos), era cuestión de tiempo que Supergirl viera su correspondiente traslación a las viñetas. ECC Ediciones edita la miniserie original en el mismo formato que DC Comics para el mercado impreso: en seis grapas, a un precio de 1.95€ (salvo la primera, que por contener 32 páginas sale a 2.5€). Un formato atractivo para lectores ocasionales y seguidores de la serie que no estén dispuestos a gastar una considerable cantidad de dinero en el tomo de turno.

Sterling Gates es el encargado de sacar esta empresa adelante, acompañado de un buen número de artistas, entre los que encontramos a gente como el francés Bengal o la española Carmen Carnero. Como suele suceder, este baile de dibujantes va en detrimento de la coherencia visual y hay lectores para los que puede resultar algo molesto, sobre todo teninendo en cuenta lo acotado de la colección, tan solo seis números.

El primer cuaderno hace las veces de prólogo de la historia aquí relatada, sirviendo los otros cinco de arco principal. Así, ese primer número es una lectura idónea para hacer un acercamiento y, si convence, seguir adelante con los demás. Tiene un final que se puede dar por autoconclusivo, aunque las consecuencias del mismo se vayan desgranando en los siguientes capítulos para dar lugar a esa trama mayor.

A pesar de hacer referencia a personajes y hechos de la serie de televisión, Las aventuras de Supergirl no termina de definir el punto concreto en el que se sitúa dentro de la misma, y no lo hace por un motivo bastante evidente: no entorpecer la entrada de lectores alejados de la ficción televisiva. Este es uno de los grandes aciertos de la historia orquestada por Gates, ofrece los guiños suficientes a los fans de la serie para que se sientan como en casa leyendo sus páginas, y se muestra accesible para todos aquellos que lleguen a esta versión de Supergirl por primera vez.

La historia tiene un carácter eminentemente lúdico, va muy en la línea de, por ejemplo, esa Marvel más desenfadada de Ms. Marvel o Spider-Man. La protagonista se muestra muy cercana al lector gracias a la cotidianeidad de su vida, va lidiando con los problemas del día a día al tiempo que debe hacer frente a sus responsabilidades de heroína. La trama heroica, aún siendo la predominante, deja espacio a pasajes más ligeros en los que el guionista ahonda en la vertiente personal de Kara.

Si bien la historia no trasciende mucho más allá -tampoco muestra ninguna pretensión al respecto- supone un loable entretenimiento que cumple de sobra su propósito de atraer a nuevos seguidores a la serie de televisión de la que surge.