Sofío, el Espíritu del Pop

Paco Alcázar: «No puedo evitar sentir algo de simpatía hacia mis personajes más imbéciles y tiránicos»

Gran parte de sus personajes tienen cara de pocos amigos y, sin embargo, Paco Alcázar (Cádiz, 1970) ha logrado que una legión de lectores se rían a carcajadas con los bordes comentarios de Silvio José (en la revista semanal El Jueves) o las alternativas reflexiones de Sofío (para la revista de Los 40). Ahora Diábolo Ediciones publica Huracán de Sensatez, un recopilatorio con sus trabajos de los últimos diez años que nos ofrece viñetas, parodias, ilustraciones y un largo etcétera no apto para mentes sensibles.

 

Huracán de Sensatez

Pregunta: ¿A quién va dirigido Huracán de Sensatez? ¿Cuál es el lector tipo de tus historietas?

Respuesta: A juzgar por la gente que me encuentro en firmas y presentaciones, el lector típico de mis tebeos es una persona extremadamente inteligente y perspicaz; un auténtico portento mental, clarividente, despierto y de una cultura vastísima.

 

P: En Huracán de Sensatez (al igual que en las tiras de Silvio José) vemos reflejados a los personajes más indeseables de nuestra sociedad, desde los Trolls de Internet hasta los manipuladores de conciertos solidarios. ¿Podemos considerar Huracán de Sensatez como una cruzada contra la idiotez o simplemente es más divertido escribir sobre esta gente?

R: La verdad es que no soy muy de encabezar cruzadas, soy más de quedarme en un rincón haciendo mis chistecitos. Sospecho que la mayoría de gente que escribimos sobre personas hiperdesagradables tenemos una relación de repulsión/admiración hacia ellos. Por lo menos yo, no puedo evitar sentir algo de simpatía hacia mis personajes más imbéciles y tiránicos.

 

P: Silvio José, Sofío, el Señor Velasco… ¿Cómo elige los nombres de sus personajes?

R: No sé, de hecho, creo que Sofío y Silvio son nombres excepcionalmente llamativos en mi universo. Suelo decantarme por nombres más bien discretos que no me suenen mucho «a tebeo». En todo caso acepto que sean discretamente ridículos.

 

P: Vemos que dentro de un mismo estilo, tiene historietas más retorcidas y experimentales, y otras más costumbristas. ¿Ha sido una evolución, o conserva ambas maneras de crear aún?

R: Sí, no creo que una manera de narrar haya sustituido a la otra. Depende para quién o para qué esté dibujando me decanto por un tono más raro o por uno más «normal». En general, cuando siento que tengo mucha libertad intento hacer cosas más arriesgadas.

 

P: Cuando se trata de un medio más generalista (Cinemanía, El Jueves) conserva su estilo pero es menos abstracto. ¿Se lo piden esas publicaciones o lo decide usted, para que el gran público no se asuste?

R: Es decisión mía. Cuando acepto encargos humorísticos intento hacer algo lo más gracioso posible. Eso significa manejar un espectro amplísimo de posibilidades, incluso trabajando para medios generalistas, así que con el tiempo he ido aprendiendo a conjugar las necesidades del cliente con mis propias inquietudes como autor. Por decirlo de alguna manera: encontrar mi propio tono. En los primeros encargos comerciales que tuve, para la Revista de Los 40, me resultaba muy complicado porque venía de un mundo totalmente distinto y hacer algo tan personal como lo que dibujaba normalmente hubiera significado perder el trabajo, pero al mismo tiempo tenía que acercar los temas lo máximo posible a mi visión de las cosas porque es la única manera de resultar gracioso.

 

Sofío, el Espíritu del Pop

 

P: ¿Cómo entró al Jueves? ¿Y en Cinemanía?

R: Nunca me había planteado la posibilidad de dibujar para una revista como El Jueves. Sinceramente, no creía que fuera capaz de entregar una página a la semana ni de dibujar cómodamente sobre temas que no me interesaban mucho. En 2003, cuando llegué a Madrid desde Barcelona, estaba sin trabajo y empecé a aceptar algunos encargos para revistas. Eso, más el hecho de que mi reserva económica empezaba a desaparecer, me hizo probar suerte en El Jueves y les envié las primeras cuatro páginas de Silvio. Pasaron unos seis meses sin tener noticias y cuando ya no pensaba que me llamarían, me dieron luz verde a la serie. En Cinemanía entré porque Mauro Entrialgo dejó la serie que dibujaba en la revista al irse a Público. El director de arte, Rubén Bruque, me conocía de La Revista de Los 40 y me ofreció el trabajo.

 

P: Ahora mismo se publica casi cualquier género sin problema pero, ¿cree que el cómic underground, al que recuerdan sus tiras, tiene aún bastante seguidores?

R: Desde hace años el término underground es muy subjetivo, nunca sé a qué se refiere exactamente. En todo caso, yo diría que el requisito principal para que algo sea underground es que tenga pocos seguidores. Supongo que eso le otorga una permanente salud de hierro.

 

P: Cómic de superhéroes vs. cómic alternativo: ¿Compatibles o incompatibles?

R: Todo es compatible, ¿por qué no?. Yo de chaval fui muy fan de los superhéroes, pero hace decenios que no me interesa nada el tema. De hecho, reconozco que hasta le he cogido cierta manía. Pero esas son mis neuras, me parece perfecto que la gente mezcle lo que le dé la gana.

 

P: ¿Con qué autores fundaría una revista de cómic underground?

R: No creo que ahora mismo me diera por hacer algo así, pero si lo hiciera, intentaría engañar a David Sánchez, Molg H, Alberto González Vázquez, Carlos de Diego, Joan Cornellà, Néstor F, Nacho García, Joaquín Guirao, Jonathan Millán, José Domingo

 

P: ¿Algún consejo para los dibujantes de nuestra página?

R: Nunca aceptéis consejos.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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