Ralf König

Ralf König: «Me gustaría hablar sobre hacerse viejo, o sobre el porno en Internet»

Original de Colonia (Alemania), transgresor, pionero y con más de 25 años creando, Ralf König se ha convertido en uno de los dibujantes de cómics más importantes de Europa y posiblemente del mundo. Prueba de ello se encuentra en su extensa carrera con viñetas que abarca obras tan conocidas como El hombre Deseado o El Condón Asesino varias de ellas adaptadas a la gran pantalla. König ha supuesto una auténtica revolución al tratar temas como la homosexualidad o las relaciones de pareja con un estilo puramente costumbrista y humorístico. Con motivo de la publicación en España de Once mil vírgenes (virgen más, virgen menos) de la mano de Ediciones La Cúpula, tenemos la suerte de plantearle algunas cuestiones al autor germano.

 

Once Mil Vírgenes (Virgen Más, Virgen Menos)Pregunta: ¿Cuáles son tus influencias? ¿A qué otros autores admiras?
Respuesta: En más de 30 años, he tenido muchas influencias: Charles Schulz, Robert Crumb, y después Claire Bretecher. También Woody Allen, cuando los diálogos son más importantes que los dibujos. Pero ahora tengo mi estilo y, realmente, ningún otro ídolo.

 

P: ¿Por qué expresarse por medio del cómic?
R: Es un medio verdaderamente bonito que está a medio camino entre la literatura y el cine. Las imágenes y el diálogo son en realidad bastantes similares, y también tiene montaje en las viñetas. Pero las posibilidades que ofrece el cómic solo las ofrece el cómic. Además, normalmente sólo necesitas talento y trabajo duro, no como en el cine, donde se necesita dinero.

 

P: ¿Cómo lograste publicar tu primer cómic?
R: A través del tema de la homosexualidad, durante los años ochenta encontré rápidamente editores y lectores entre las revistas de la izquierda, aunque la verdad es que no todo lo que hacía era especialmente bueno. En ese momento, la homosexualidad todavía era un tabú y causó cierta conmoción. ¿Desde cuándo podía ser alguien gay y al mismo tiempo divertido?

 

P: Tratas temas como la homosexualidad, las relaciones de pareja, o las cuestiones religiosas, en un formato que en el pasado estaba pensado mayoritariamente para niños, ¿Fue complicado que alguna editorial quisiera apostar por su trabajo en los inicios de su carrera?
R: Nunca tuve que convencer a nadie, la homosexualidad fue el tema que me abrió las puertas. En 1987 solicité un empleo en la gran editorial Rowohlt Verlag y ellos tenían los mismos intereses. Ahí estaban esos libros para hombres, para hombres inseguros que estaban buscando un nuevo papel en la sociedad. Ahí encajaba yo. Allí hice El Hombre Deseado, mi primer verdadero éxito también entre lectores que no eran gays.

 

P: ¿Cuál crees que podría ser el futuro del cómic?
R: Creo que siempre habrá cómics. Mucha gente lo pasa bien con ellos, también creándolos e inventando sus propios mundos. Además, están los niños que leían a Astérix y ahora siguen encontrando nuevos cómics que les siguen interesando, aunque ahora los llamen novelas gráficas. Los cómics pueden competir con el cine o con los videojuegos.

 

P: Actualmente, ¿goza de buena salud el cómic en Alemania? ¿Tiene repercusión social?
R: Los editores intentan reforzar las novela gráfica para adultos, así como algunos trabajos conceptuales. Por otro lado, en la prensa cultural se pueden encontrar críticas a cómics. Pero no es un gran mercado con mucho peso. Es más para aquellos a quienes les gusta el formato.

 

P: ¿Prefieres denuncia o humor? Es decir, en tus cómics ¿Con qué estás más cómodo?
R: Creo que el humor en mis cómics es más importante que la política, pero lo ideal es que la risa se mezcle con temas serios que van surgiendo.

 

Ralf König
Ralf König, en la exposición sobre Santa Úrsula

 

P: Cómo surgió el proyecto de Once mil vírgenes (virgen más, virgen menos)?
R: Hace 20 años me mudé a Colonia y un amigo me contó la leyenda Úrsula, patrona de la ciudad. Un Papa, un ángel, los hunos asesinando a Úrsula y a 11.000 vírgenes… ¡Menudo argumento! Inmediatamente, pensé que había que hacer un cómic sobre ello, pero siempre tenía otros proyectos entre manos que eran más importantes en ese momento. El tiempo ha pasado y ahora el amigo que me contó la historia es el director del museo de la ciudad de Colonia y quería hacer conmigo una exposición sobre Úrsula. Así que me puse a trabajar con el staff del museo y finalmente acabé dibujando el cómic. La exposición fue un éxito.

 

P: Sobre el mismo cómic, se lo dedicas a la patrona de Colonia, ¿has recibido críticas por parte de tus vecinos por centrarlo en ese personaje? Sobre todo por el punto de vista que ofreces, tanto de ella como de su séquito que viaja a Roma.
R: Hubo algunas críticas durante la exhibición, pero el padre de la basílica de Santa Úrsula apoyaba la exposición, así que las reacciones positivas fueron mayores. En Colonia están los católicos del Rin, que tienen mejor humor.

 

P: En sus cómics siempre nos retrata personajes rancios llenos de prejuicios ¿cree que Europa está cambiando y cada vez nos encontramos con gente con otras ideas?
R: Desgraciadamente, solo oímos hablar de Europa en el contexto de la crisis económica. A mí me gustaría que la educación, la tolerancia y los derechos humanos tuviesen muchísimo más peso. Europa es rica en cultura y diversidad, pero la cosa solo va sobre el dinero.

 

P: En El Condón Asesino, me impresionó una viñeta en la que reflexionaba sobre cómo cambian las cosas y como aparecen amenazas nuevas que tiempo atrás eran impensables ¿Prefiere que sus cómics tengan a veces un carácter más serio y reflexivo o prefiere que todo ello venga de mano del humor?
R: A lo mejor cuando sea más viejo trataré temas más serios, pero ahora mismo, con 53 años, creo que no. Al contrario, ahora vuelvo a mis raíces, al sexo y al humor. Pero muchas veces trato temas serios que solo son legibles porque tienen humor.

 

Once Mil Vírgenes (Virgen Más, Virgen Menos)
Once Mil Vírgenes (Virgen Más, Virgen Menos)

 

P: A lo largo de toda su carrera ha tratado infinidad de temas sociales de primera índole siempre con un tono desenfadado ¿Cuáles son los temas de actualidad que le interesaría contar en sus siguientes obras?
R: Quizás sobre hacerse viejo, o sobre la pornografía en Internet. Pero primero voy a hacer una historieta de ciencia ficción. Simplemente, alguna tontería.

 

P: ¿Tendremos dentro de poco más aventuras de Konrad y Paul?
R: Sí, acabo de terminar un nuevo cómic de Paul y Konrad. Se llama Raumstation Sehnsucht (Estación Espacial Anhelo). Después de cinco años, ha sido divertido volver a dibujarlos. Como volver a ver a dos viejos conocidos.

 

P: ¿Cómo surgió la exportación de tus cómics al extranjero? ¿te gusta indagar sobre cómo se publican en otros países, y su repercusión, como por ejemplo en el nuestro, España?
R: Al principio hubo traducciones al francés, y muy pronto también al español gracias a La Cúpula. Luego, los países escandinavos y también Italia. Estoy muy contento de que mi humor sea tan bien entendido por todo el mundo. Solo echo en falta una buena traducción en inglés, porque no hay demasiado, solo mi material antiguo y también algo de una pequeña editorial estadounidense de la que nunca he oído hablar.

 

P: ¿Te interesa el cómic americano o el manga, muy populares actualmente? ¿O prefiere la historieta puramente europea?
R: Leo pocos cómics, prefiero dibujarlos. Hay buenas novelas gráficas, pero tienen que tener algo que me atraiga, tiene que contar algo sobre la vida, sobre el hombre. El estilo manga me resulta muy extraño, tal vez porque no soy de la generación correcta. El cómic USA está asociado muchas veces a los superhéroes, algo que no me interesa nada.

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