Antonio Banderas: «He interpretado a varios héroes en pantalla, pero yo no soy uno de ellos»

Antonio BanderasNo solo con fe, también con tesón y trabajo se consiguen las cosas. Antonio Banderas tenía mucho de lo primero con Gabe Ibáñez, el director de Autómata. Conoció su historia por Elena Anaya, que le hizo llegar el guion cuando preparaban juntos La piel que habito, de Almodóvar. Lo difícil fue conseguir los medios para llevarla a cabo. Con un presupuesto más modesto para este tipo de largometrajes, rodando en Europa, y un género en el que la industria española no se había inmiscuido hasta ahora. Durante su paso por el festival de San Sebastián, el malagueño habla sobre este ambicioso proyecto.

Pregunta: ¿Cómo ha sido traer la película a San Sebastián?
Respuesta:
La verdad es que nos sorprendieron ciertas reacciones. Leí que era la película con mayor presupuesto que iba al festival. Y tengo la sensación de que la gente se espera que vamos a ofrecer un producto americano, y no es eso: hemos hecho una película de autor, independiente, con muchísimo esfuerzo y un presupuesto relativamente bajo para lo que son estas películas, y hemos tenido que tirar de muchas relaciones personales, en muchos apartados de la producción, no cobrando, y haciendo ese tipo de cosas que se hacen cuando uno se enamora de un proyecto y quiere hacer algo distinto. Por eso tiene sentido presentarse al festival, y tener alguna oferta de la distribución. En A contracorriente, miman sus películas. Nosotros hemos tratado de darle coherencia al trabajo desde el principio. Desde la construcción de nuestros robots, todo. Y pensando también en abrir la puerta a la ciencia ficción a los que vienen.

P: Dices que es un proyecto con mucho sentido. ¿Siempre te había llamado la ciencia ficción?
R:
Sí que me ha gustado, y siempre que tenga una relación directa con el mundo real. Se puede reflexionar sobre cosas que están pasando en nuestros días. La ciencia ficción no es solamente despegarnos de la realidad que nos ha tocado vivir, es mejor que tengan un enganche y un poder metafórico. Muchas de las cosas que rodean a la película tienen que ver con cosas que están pasando en nuestros días. Son pequeñas pinceladas, el precio de la vida es uno de ellos: en la película aparece un muro que separa los seres humanos en poblaciones, establecen un gueto desde donde se dispara a un hombre cual perro rabioso, y ya no hay valor por el ser humano en ese mundo que describimos tan sórdido, a la gente la vemos que viven situaciones extremas. Tienen enganche con la realidad. Seguimos viendo en las noticias situaciones de los niños de la guerra de África, aquí son comprados. Hay enganches con la situación que se viene dando desde hace tiempo.

P: ¿Qué te llamó del personaje y del proyecto que te llegó de Gabe Ibáñez?
R:
Diría que en parte él. Primero una fe absoluta en Elena (Anaya). Yo a ella la quiero mucho y un día en maquillaje me tiró un guion sobre la mesa, que venía acompañado de un trabajo de arte, con los robots que ahora se ven en pantalla. Estaba rodando con Almodóvar y sus rodajes son muy difíciles, y no lo leí durante ese tiempo, pero al terminar y volver a mi casa, iba por la página 28, llamé a Gabe y le dije que si en la 114 me sigue gustando igual que ahora, le iba a volver a llamar. Se llevó una ilusión, y a la hora y media le llamé y le dije “No tengo ni idea de cómo hacer esto, pero vamos a implicarnos”. Además me gustó mucho él personalmente por teléfono, me pareció un tío muy sensato, muy ordenado de ideas, con un conocimiento claro de lo que quería hacer. Me sentí muy seguro inmediatamente de esa persona con la que estaba hablando. Y le metí en una revolución… Me lo lleve a Túnez a un rodaje establecido supuestamente para tres meses, y grabamos en tres semanas; era cuando Ben Ali salía del país pero yo no era consciente, estaba al sur y allí no pasaba nada. Y es ahí donde le conozco face to face, en mitad de la revolución, y fue como una premonición a todo lo que nos esperaba. Hasta el nombre de los distribuidores, A Contracorriente (ríe), es una metáfora perfecta, porque eso es lo que hemos tenido que luchar hasta llegar aquí.

Antonio Banderas

P: Es la primera película pura de ciencia ficción ¿Ha sido positiva? ¿Te ves repitiendo en Hollywood?
R:
En Hollywood sería diferente… Los ovnis y los extraterrestres siempre vienen a Estados Unidos, nunca vienen a España, y es que Hollywood tiene el dinero para llevarlos allí, ni más ni menos. Si nosotros hemos podido abrir la posibilidad de pensar que en España con 5 millones de euros, o menos, alguien pueda desarrollar alguna idea de ciencia ficción aquí, pues bienvenida sea. Es un género muy bello que alguien puede pensar que “si este tío lo ha hecho, yo lo puedo hacer”. Ese es un pensamiento que a mí me ha acompañado toda mi vida, “si fulanito se ha ido a Hollywood, yo también lo puedo hacer”, eso de abrir puertas creo que se me ha dado bien.

Detrás de esto hay mucha lucha pero ha sido un trabajo muy interesante, sobre todo por Gabe, reconozco que me ha conquistado. Es un hombre que leyó Asimov, un soñador de esos universos pero a la vez es una persona muy realista que tiene un contacto con la realidad muy claro. Ese fue uno de los grandes placeres de la película, como si estuviera echando una mano a la posibilidad de que el cine español cuente con un talento más para el futuro, y con un guion que hubiera muerto en el cajón de algún sitio. A la hora de actuar el personaje no existía una diferencia de interpretar un personaje sumergido en ese mundo. Lo que sí representaba un reto era el estar con máquinas. En cada escena con robots, había tres personas por cada uno de ellos, que me distraían mucho con los ruidos que hacían que luego se eliminaron. Eran complicaciones pero eran en cierto modo bellas, pero me gusta hacer creer que esas cosa luego sean creíbles. Me gustaban como reto y como juego. Ese ha sido el nivel interpretativo, pero ha sido un trabajo hermoso. Uno siempre pensaba en “cuando borremos estos sonidos, o los camiones, o cosas en postproducción». Porque claro, era complicada la localización para imaginarse lo que iba a estar al final. Pero cuando lo ves terminado ya te lo crees, y es una satisfacción.

P: ¿El personaje es un héroe y un anti héroe?
R:
Mi personaje pasa de ser un agente de seguros a un detective. Es un hombre que no quiere dejar pasar encontrar la verdad y hasta muy al final de la película no entiende que de repente no hay nadie detrás de aquello. Gabe me decía “imagínate que tu frigorífico se echa a andar y se va de casa”. Eso es lo increíble es todavía increíble que una maquina pueda tomar decisiones por dentro. Lo explica el personaje de Melanie, que dice que en semanas estos seres pueden avanzar lo que nosotros hemos tardado millones de años. Él es casi como un investigador de cine clásico, en ese sentido, siendo un anti héroe piensa que estaba al final del camino, que tiene que plantearse y desaparecer para que otra coja las riendas, y serán máquinas.

Pero eso es en nuestro mundo de ficción, pero en parte está pasando. Cuando yo vine al primer festival de San Sebastián era impensable tener maquinitas como los smartphones. Me acuerdo al llegar a Los Ángeles vi a mi agente en un teléfono móvil en el coche, llamando a Alemania, y aluciné, y ahora esto ya es natural. ¿Qué será natural en 25 años? No estamos tan lejanos. Esperemos que no sean tan sombríos como plantean la película.

Antonio Banderas

P: ¿Tú crees que es el momento de apadrinar a los que empiezan, tan y como están las cosas?
R: Yo he interpretado a varios héroes en pantalla pero yo no soy uno de ellos
. Yo he creído en Gabe. Si eso significa que España va a contar con un director válido, y dicen que fue descubierto por Banderas, bueno que lo digan pero no he ido buscando eso, yo me he apoyado en un hombre en el que he creído. Y también me puedo equivocar, claro. Me encuentro todos los días gente joven con un talento alucinante, y se tira para adelante con lo que se puede. Efectivamente no estamos viviendo una gran momento desde el punto de vista financiero ni en cine ni en ningún aspecto de la economía española. Pero el talento está y gente que con poquito hace cosas muy grandes. Yo no hablaría de crisis en ese sentido. Si me encuentro con alguien en la que creo, de hecho no les ayudaré yo a ellos, me voy a ayudar a mí mismo. Y si es en mi país, he de decir que me produce cierto orgullo, me da mucha esperanza y mucha ilusión.

P: Es la primera película ciencia ficción dentro de tu carrera ¿Qué género te gustaría abordar?
R:
Pues la verdad es que hecho de todos, muchas veces hecho la vista atrás y me da un poco de vértigo, (ríe). Pero he hecho pelis de terror (Entrevista con el vampiro), sociales (Philadelphia), para niños (El gato con botas, Spy Kids), he dirigido, he estado en Broadway, drama, acción… Quiero seguir, seguir abriendo cosas y viendo donde me lleva la vida, seguir abriendo cosas y viendo donde me lleva la vida, seguir actuando. Si algo debo de estar agradecido a la vida es que me ha dado la posibilidad de hacer lo que más me gusta que es actuar, y contarles historias a la gente. Eso voy buscando, no sé si tengo que abrir un género más, ¡O quizá inventarme alguno! Pero seguir trabajando, y tratando de crecer naturalmente. Yo me examino mucho a mí mismo todos los días, es un sentimiento personal, pero sí me encuentro muchísimo más seguro actuando ahora que hace veinte años. Me encuentro más sólido, sé más, tengo más experiencia, una relación directamente proporcional a las caras que me van saliendo, me voy encontrando muy a gusto con las cámaras, y me ayuda y me empuja.

P: ¿Crees que el éxito de cine español de género es debido a imitar al cine americano?
R:
Probablemente no. Yo creo que en España lo que más ha triunfado en el extranjero han sido las más locales. Tú ves en Nueva York que llega un espectáculo flamenco y se llenan los teatros. Es más auténtico que lo que se imita. El cine de Almodóvar llega por eso, porque es muy español: se apoya mucho en el sainete, se apoya en el cine de los cincuenta y sesenta de Sara Montiel. Hay una mezcla de estilos en Pedro que lo hace muy español. Y eso se reconoce en el extranjero como algo absolutamente autóctono, real y creíble. Eso es lo que nos va a dar más éxitos a nivel mundial, más que si tratamos de imitar a los americanos. Ellos lo suyo lo harán mejor que nosotros. Creo que está en el corazón de Autómata. Es una forma distinta de abordar un género que en líneas generales necesita de una financiación que solamente Hollywood les puede asumir. Nosotros atacamos desde nuestro punto de vista.

Fotos: FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

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