Un viaje a los Goya con escala en ‘Stockholm’

A través de la cocina, el pasillo y el salón de la misma casa donde se rodó Stockholm nos acercamos con una conversación relajada y divertida a sus protagonistas: el director Rodrigo Sorogoyen, y los actores Aura Garrido y Javier Pereira. Cada uno de ellos con una nominación en la presente edición de los Goya.

 

Pregunta: Antes de todo, felicidades por vuestras nominaciones en Dirección novel, Actriz protagonista y Actor revelación. ¿Qué significa para vosotros estar nominados? ¿Creéis que va a cambiar vuestra carrera?

Rodrigo Sorogoyen: Estar nominado es una ilusión y una sorpresa. Nos lo tomamos como un premio al trabajo. Y en cuanto a cambiar nuestra carrera, creo que no la va a cambiar. Las carreras se consiguen trabajando y si esto nos ayuda a trabajar más, pues mejor. Lo que cambiaría la carrera sería el trabajo posterior. Y quiero pensar que es más Stockholm que la nominación en sí.

Aura Garrido: Nunca se sabe.

Javier Pereira: Más que cambiar, lo bonito de todo lo que nos está pasando es el reconocimiento al curro que hemos hecho durante dos o tres años, a la iniciativa y al espíritu de este proyecto. Es una recompensa a mucho trabajo, pasión y ganas. No sé si nos irá peor o mejor después de esto, pero nos da igual. De momento y ahora mismo, felices.

 


P: Vuestro proyecto ha pasado por muchos problemas de distribución y casi se queda sin distribuir. ¿Con vuestro caso podríais denunciar esto y que se intente dar más importancia a proyectos de calidad que muchas veces quedan a un paso de poder verse?

RS: Por mucho que digamos nosotros poca cosa podemos hacer.

AG: El problema es de la industria, que está conformada así. Tendrían que cambiar muchas cosas.

RS: Sánchez Arévalo comentaba que qué bien que haya una representación del cine low cost en los Goya, por fin. Y faltan muchas películas low cost, pero bueno, este ha sido un primer paso y esperemos que poco a poco vayan surgiendo más. No se puede quedar en esto la Academia, y a la vez tampoco se puede cambiar todo de manera rapidísima y bruscamente porque nunca ha ocurrido y es difícil. Así que esperemos que cambie.

AG: Sí que se puede dar visibilidad a una situación en todo caso. Pero no creo que tengamos el poder de cambiar.

RS: El poder no lo tenemos. Pero el hecho de que haya tres nominaciones significa que ya hay algo que está cambiando.

JP: Nosotros ya hemos aportado nuestro granito teniendo la iniciativa de crear este proyecto entre nosotros. Y  también sirve de estímulo a otra gente que a lo mejor este año quiera rodar su película así. Ver que esta u otras han tenido su hueco y han ganado un poco de espacio seguro que hace que muchos se animen. Pasito a pasito todo irá cambiando un poco y no habrá tanta diferencia entre la industria grande y los pequeñitos. Y espero que encontremos un punto medio en el que todos nos entendamos.

 

P: ¿Cómo os enterasteis de que formábais parte de los nominados?

AG: Yo estaba en clase de conducir y básicamente casi me estampo contra algo.

JP: Nosotros estábamos donde estamos ahora (salón y sofá de su casa, donde se rodó Stockholm) con nuestros dos ordenadores viéndolo en directo. Y cuando pasó pues nos empezamos a pegar y a enrollar (risas).

RS: Típico polvo de celebración.

JP: ¿Quién no lo ha echado? (Y más risas).

 

P: ¿Qué es lo primero que se os vino a la cabeza? ¿Ilusión, nervios…?

JP: Satisfacción, alegría y recompensa a mucho curro.

RS: Yo me alegré mucho por él (refiriéndose a Javi), porque lo mío estaba cantado, lo tuyo no tanto…

JP: (Risas) había que verle, lo nervioso que estaba.

RS: Estaba muy nervioso sí. No creo que se me pasara nada por la cabeza. Los nervios no, porque los nervios desaparecieron. Una alegría inmensa.

AG: Es un momento muy bonito. Entonces no tengo muy claro en qué estaba pensando. Estas en una nube, nerviosa, feliz y con mucha adrenalina.

 

P: ¿A quién vais a llevar a la Gala, quién es la primera persona en la que habéis pensado?

JP: A Dani Martín (carcajadas). Era para ver qué cara ponía Ruy.

RS: Es que es su ex.

JP: Mi ex… se pone celoso. ¿Te imaginas?

RS: Claro, tú lo tienes más complicado porque acabas de conocer a la chica esta…

JP: Yo voy a llevar a mi profesora, a mi coach, a Raquel Pérez.

RS: ¿Ya es oficial?

JP: No, pero es un buen momento para ir acompañado de Raquel Pérez, mi profe.

AG: Yo no lo sé, depende de cuántas entradas tenga.

RS: Cuántas entradas no… tú con tu acompañante.

AG: Mi primera acompañante va a ser mi repre que está conmigo en todas partes. Y si tengo alguna entrada más llevaré a mis padres… No lo sé, tendré que verlo.

RS: Yo a mi novia. A ver si saco una, a ver si la encuentro.

JP: Tienes 3 semanas para buscar acompañante.

 

 

P: ¿Consideráis que hay alguna película olvidada en esta edición que os gustaría que hubiera estado entre las nominaciones finales?

AG: ¡Sí! ¿Vosotros no?

JP: ¿Cuál Aura? Déjame decirlo por ti.

AG: Sí, yo muchas. Siempre faltan. Y eso también dice mucho de la producción. Es muy variada y hay mucha gente que se queda fuera. Creo que ha habido bastantes, Gente en sitios, por ejemplo. Y Mar Coll, que ha hecho una obra maestra.

RS: A mí me parece una gran olvidada Mar Coll.

AG: Actores ha habido bastantes también. Eva Llorach, Bárbara Santa Cruz

RS: Lo que me gustaría es que en vez de repartirse 10 u 8 películas con millones de nominaciones, entren 20 películas con menos nominaciones. Pero claro eso es muy difícil porque hay unos académicos que votan. Pero bueno, esperemos que poco a poco vaya pasando eso.

 

P: Y entre las que están nominadas, aparte de la vuestra, ¿cuál es vuestra favorita?

JP: Nos pones en un compromiso.

RS: Yo sí me mojo, La herida. ¿No tenía que haberlo dicho?

JP: Sí, ¿por qué nos preguntas?

RS: Yo La Herida, soy un tío sincero y honesto. Ellos trabajaran, yo no.

AG: No, no tiene que ver con esto.

RS: Hombre, espero… ¡Supongo!

JP: Yo además es que La herida todavía no la he visto. Y no puedo defender algo que no he visto.

AG: A ver tiene que ver más que nada con…

JP: Respeto.

RS: ¿Respeto?

AG: Sí, me parecen todas muy buenas y es difícil elegir muchas cosas. Y son también decisiones muy personales.

RS: Claro, claro, porque es una pregunta personal, ¿qué te cuesta a ti decir «a mí me gusta esta película»?

JP: No estamos cabreados contigo porque hayas respondido. Parece que estamos cabreados.

AG: (Risas) es que es lo que quiere, que nos cabreemos con él. Ruy, ¡muy mal!

RS: Yo no os echo la bronca, pero me extraña. Para mí no es una falta de respeto decir que me guste La herida. ¿Qué película os gusta más? Pues La herida.

 

P: ¿Cómo os iniciasteis vosotros en este mundo y qué consejo daríais a los que se estén iniciando?

RS: La herida

(Risas)

RS: ¿Cómo nos iniciamos en este mundo? Venga Javi, que tu historia es muy bonita.

JP: Pues mira, estaba de pequeño en un parque y vi a Ruy pasar… (Risas). No, yo fui poco a poco. Con 14 años mi familia me metió a teatro, me lo pasé muy bien, entré después a Cristina Rota, y hasta los 20 que estuve ahí. Fue todo progresivo, me fui enganchando poco a poco. Pero ni quería ser actor ni pensaba que me iba a dedicar toda la vida a ello. Me fue atrapando.

AG: Cuando terminé el instituto entré en la Resad, empecé a estudiar teatro y hasta aquí básicamente. En realidad creo que he querido ser actriz desde muy pequeña, lo que pasa es que luego creces y si que hubo épocas en las que te dicen: «ahora enserio, ten un poco de responsabilidad en tu vida«, que llega un momento que eso es de niña pequeña y que tienes que elegir qué quieres ser de verdad. Me planteé muchas carreras, pero realmente lo que más me gustaba hacer era eso y apostar por ello.

RS: A mí lo que más me gustaba de pequeño era el cine. Mi padre me llevaba semana sí semana también. Y tenía clarísimo, no sé por qué, una de las grandes pocas ideas que he tenido en mi vida, que me quería dedicar a algo con lo que disfrutara. Fui muy corto de miras porque no investigué más sitios. Esto, esto, y ya está, a probar. Estudié la carrera de Historia, pero desde primer año ya empecé a hacer cursos de cine, cortos… Y hasta aquí también.

 

P: Javi, ¿qué piensas sobre que te hayan nominado a actor revelación cuando ya llevas una trayectoria con películas como «Mi vida en 65 minutos»?

JP: No me ofende para nada. Estoy totalmente agradecido, me ha alegrado esta semana. Me viene bien a mí, le viene bien a la película. Le veo sólo el lado positivo de la nominación. Que a lo mejor me lo hubiera merecido antes que ahora, pues a lo mejor, pero no es tiempo de pensar en pasado ni de meterse en líos. Simplemente ha venido así, las normas han cambiado, yo no he hecho nada. Es un regalo que ha caído, no me lo esperaba y lo voy a disfrutar.

 

 

P: En cuanto a la película, ¿qué es lo que más os gusta de ella y qué es lo que mejoraríais?

RS: Esta es la típica pregunta que hago yo. Lo mejor que veo es la dirección y lo peor… (Risas).

JP: Los actores, ¿te imaginas?

RS: Lo que más me gusta de la peli es que el público conecta muy bien con ambos personajes en diferentes puntos de la película. Una misma persona puede durante toda la película vivir un viaje en el que a veces entiende el comportamiento de él y otras muchas los de ella. Me gusta mucho porque es una película muy psicológica que te va llevando en ese sentido. No sé cómo  lo conseguimos, pero creo que ocurre. Y luego habría mil cosas que cambiaría, pero bueno, pequeñas cosas y ciertos diálogos.

AG: Yo nunca me quedo del todo satisfecha, sobre todo con mi trabajo. Siempre hay cosas que puedes haber hecho de otra manera. Pero me gusta como está. Lo que más me gusta es haberla hecho y podido sacar adelante. Al final la película ha tenido una vida propia muy grande que nos ha sorprendido desde el principio. Que tanta gente anónima nos haya apoyado para producirla, que luego de repente la hayan aceptado en tantos festivales, que la hayan premiado, nominado, etc.  Que guste, que llegue.

JP: Y yo poco más que añadir. Lo que más para mí, lo real que es y lo identificada que se siente la gente y cómo sale habiéndoselo pasado bien un rato. En pocos trabajos me ha pasado. Todavía no veo a alguien que no le haya gustado la película y eso es un gran premio. Te puede gustar con un 5 o con un 10. Hay gente que la verá dos veces, y gente que la ve una y le vale. Pero no dirá «que me devuelvan el dinero«. Y eso en pocas películas españolas, por desgracia, sucede.

AG: ¿Y no crees que es porque la gente a la que no le ha gustado no te lo dice? (Risas).

JP: Con esta no me ha pasado. Puede haber, pero el grado es mínimo. A lo mejor también es que la miran con otros ojos por cómo la hemos hecho, piensan que con ese presupuesto sería mucho peor y entonces salen más contentos.

RS: Yo sé de uno al que no le gustó la peli.

JP: Pero no sabía que le estábamos escuchando, no cuenta.

 

P: Vosotros al igual que el público, ¿os habéis sentido identificados con partes de la película?

JP: ¿Quién no ha vivido una noche con cosas en común con esta película? Una noche de verano.

RS: «Una noche de verano». (Risas)

JP: Ah, es que tú no has conquistado ninguna noche en Menorca, ¿no? No te he visto yo por la playa…

RS: ¡No te enfades! que no te estoy diciendo nada.

JP: Os voy a contar las 1000 noches, él ha escrito la película por sus mil noches.

RS: ¿Vosotros quién creéis que liga más? ¡Por el amor de Dios!

JP: Ya empezamos… Mira vamos a ligar con Aura los dos.

AG: Y así de forma constante…

RS: Que me hace gracia la puntualidad con el verano.

JP: Que sí, que tanto con el personaje de ella como con el de él la gente siente momentos de la película que son tan reales…

RS: Pero te pregunta a ti, si tú sí, tú también. Y yo también.

JP: Claro, ¿quién no se ha levantado incómodo con alguien que por la noche pensabas que había una conexión de la ostia y por la mañana no la hay?

RS: Una noche de otoño.

JP: Yo soy más de verano.

AG: No es ya solo haber vivido una situación concreta como esa. La película trata muchas cosas en general de las relaciones, incluso en relaciones más largas, con gente que conoces más, o en otras circunstancias.

JP: Es un juego de poder, de ver quién gana. Juegos que se crean psicológicos, orgullo, a ver quién cede y quién no.

RS: Trata la violencia también que hay en las relaciones.

AG: Hay muchas chicas que me han dado su feedback. Y es que de repente se encuentran inconscientemente delante de situaciones en las que en realidad no querían hacer algo, pero lo hacían. Es complejo y raro hablar de esto, pero muchas veces a lo mejor no te apetece hacer algo y lo has hecho. Luego te planteas el porqué y es doloroso. Si yo en realidad lo único que quería era un abrazo a lo mejor. ¿Por qué he ido a más?

 

P: Hablando de carga emocional, ¿durante la interpretación en el rodaje habéis notado al llegar a vuestra casa si os ha afectado en algún momento a vuestra vida personal?

JP: A mí no mucho, primero fueron 12 días y segundo soy un actor muy exigente en el momento, pero luego tampoco soy de llevármelo a casa y rayarme. Sobre todo intento que no influya en mi vida personal. Hay que separar tus relaciones reales de tus relaciones de ficción. Ahí sí supimos llevarlo muy bien y sin problema.

AG: Y yo creo que además nuestro trabajo significa estar manejando todo el rato emociones, unas más intensas y otras menos, pero es lo que hay. Entonces forma parte del aprendizaje técnico saber soltar y dejar en el set. Porque no sé cómo podrías vivir si no.

 

 

P: Las calles y zonas que aparecen de Madrid en la película, ¿fueron seleccionadas por algún motivo en especial?

RS: Las calles concretas no son por ningún motivo especial. Sí que queríamos un tipo de zona, la zona del centro de Madrid, donde nos identificamos más. Pero la elección de las calles concretas fue una búsqueda mucho más técnica y de logística. Que nos gustasen estéticamente y que sirviesen para iluminar la escena por sí sola, porque no teníamos casi iluminación y necesitábamos calles luminosas que nos ayudasen a eso.

 

P: Rodrigo, ¿has buscado transmitir algo a través de la estética?

RS: Buscábamos una frialdad que a la vez fuera estética. A mí me gustan mucho los colores fríos. Y creo que toda la primera parte tiene mucho de eso, excepto el portal que es muy cálido. Cuando ellos están en la calle y se están enamorando, es el momento más frío de la película. Y esto supone un contraste que a mí me gustaba. Ya que justo en ese momento más romántico se muestra un Madrid azul. Y elegimos virar al azul en esa parte porque adelanta lo que va a ocurrir. Pero luego también se pasa por otros momentos cromáticos. El portal es amarillo y anaranjado, ya que queríamos un lugar cálido cuando ellos están más cerca. Y la casa por la mañana es totalmente blanca, mostrando una violencia muy luminosa, aunque un rojo por ejemplo también habría servido.

 

P: ¿El guión sufrió muchos cambios desde el inicio?

RS: Muchos no. Es una película sencilla y no ocurren grandes cosas. Hubo dos grandes cambios. Una escena que incluimos cuando ya estábamos rodando porque considerábamos que la película se quedaba corta. En medio del rodaje tuvimos que escribirla y rodarla. Es una escena muy importante en la película, la de las llaves, cuando se meten en la habitación y discuten por las llaves. Y el final ocurría de manera distinta, era más violento.

 

P: Volviendo a los premios, ¿tenéis o vais a preparar un discurso para el posible Goya?

RS: No.

JP: Para que veas nosotros la fiesta de celebración la hacemos este viernes.  Así que la nominación ya es la fiesta. Por lo cual, si por un casual llegara al Goya, se improvisaría. Hay que ir poco a poco, semana a semana, y de momento…

RP: Partido a partido. (Risas).

 

P: ¿Queréis añadir algo más a la entrevista?

AG: (Dirigiéndose a Sorogoyen) ¿Tienes alguna obsesión extraña con las ciudades nórdicas?

RS: Ya, es muy raro (mirando a sus deportivas), pone Oslo. No me fijo nunca en esas cosas, pero sí, es muy fuerte ¿no?

JP: Poco más que añadir.

RS: Lo de la zapatilla solo. (Risas).

 

Fotos: ALMUDENA CADALSO

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