Gilipolleces, de Peter Bagge

Gilipolleces: Jornada de puertas abiertas en el manicomio

Gilipolleces, de Peter Bagge«La teoría del gilipollas: cuanto más hagas el gilipollas o más lo seas, mayor éxito tendrás en tu campo de actividad«

 

¡Qué mejor manera de empezar el año que viendo lo mal que les va los demás! Una vez más Peter Bagge vuelve para acabar con todas nuestras ideas, moral, disciplina, etc. Y demostrarnos que no puede existir nada peor que el hecho de relacionarse con vecinos, amigos y compañeros cuyos comentarios y argumentos sólo demuestran una cosa: ¡son una panda de gilipollas!

 

Gilipolleces se presenta como un volumen recopilatorio con las mejores aportaciones del maestro de lo feísta al inmenso mundo del cómic underground americano. Desde los ochenta al ocaso de los noventa, Peter nos demuestra su talento para retratar de lo cotidiano a lo asqueroso, de lo vil a lo inmundo, sin que por ello te separes del cómic ni puedas hacer otra cosa que no sea seguir leyendo.

 

Historias autoconclusivas de una o varias páginas sin una conexión entre ellas; sencillamente se trata de diversas colaboraciones o publicaciones sueltas del autor a lo largo de los años, que por fin se recopilan. Se recomienda en concreto la pequeña historieta del Pringado donde  sus imágenes perturbadoras y su retorcida narración, coronan a Bagge como uno de los mayores dibujantes de cómics de su tiempo y de los venideros. Desde tiras donde se experimenta con el cómic como medio de expresión y de burla, hasta otras más clásicas que utiliza como vehículo para defenestrar a los personajes intocables del mundo de las viñetas estadounidense (pobre Cathy)

 

Personajes histriónicos como Girly girl o Goon on the moon inundan las páginas con bromas, reflexiones, teorías dirigidas a provocar carcajadas, perplejidad, o la duda de interponer una demanda al autor por ridiculizar a algún colectivo subcultural al cual pertenezcamos. ¡No recomendado para mentes sensibles!

 

Gilipolleces, de Peter Bagge

 

Aunque si hablamos del autor conocido por su ODIO no podemos obviar su particular estilo de dibujo, donde los personajes resaltan por su fealdad, rostros exagerados y degenerados. Así como su evidente falta de rigidez y absoluta elasticidad de los miembros de su cuerpo, como si desconocieran estructura ósea alguna. Genial para unos, repulsivo para otros. En Gilipolleces podemos ver la consagración de su estética desde 1980 hasta 1999. Los veinte años de su vida que hacen que pase de ser un autor de cómics undergorund a un autor de referencia internacional. Historietas con participaciones de lujo del mundo alternativo del cómic norteamericano, con nombres de peso como Dennis P. Eichhron, Robert Crumb o Alan Moore, entre otros, que se dejan caer por las páginas de Gilipolleces, para que no nos podamos creer que hayan accedido a colaborar con Bagge.

 

La edición que nos trae La Cúpula se nos presenta en un volumen de 128 páginas, rústica y en blanco y negro, con un precio que ronda los 12 euros. La editorial vuelve a apostar por uno de sus autores estrella, que sin duda no es nuevo para todos aquellos que se reían o se estremecían con las putaditas que tenía que vivir Buddy con su amigo el Apestador en las páginas del Víbora. Con lo que es para todos aquellos que se partían la caja como para todos los que lo ojeaban en el kiosko o lo leían a escondidas en el colegio. No les defraudará, sin duda, Adquisición más que recomendable para todas las estanterías. Así como gran libro de consulta para tener bien claro en esta vida quién es un auténtico gilipollas.

 

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