Impávido

Impávido: Mucho actor y mucho tópico

Cuando aún nos estamos recuperando de la impresión que nos causó Fuga de cerebros 2 Carlos Therón vuelve a la carga con un film mucho más personal que cambia el bochorno por diversión. Aquí hemos venido a pasarlo bien.

 

El esfuerzo del director por cumplir su promesa es elogiable, y para ello se apoya en un plantel con alguna que otra sorpresa y un guión que ha devorado cine de los 80 y 90. Este es, con total seguridad, el mayor lastre de Impávido: evoca continuamente a cintas que tenemos rayadas de tanto visionado como Uno de los nuestros o Lock & Stock y Snatch (qué tiempos aquellos, ¿verdad? ¡Cuánto daño le hizo Madonna a Guy Ritchie!). Incluso a la discreta (por sus números en la taquilla) Carne de Neón, con el omnipresente Mario Casas. Impávido demuestra tener un guión eficaz, que entretiene de principio a fin pero que abusa de tópicos y de situaciones explotadas hasta la saciedad por el género sin intentar matizarlas o darles la vuelta. Denota así una historia poco trabajada. Importa más la estructura que el contenido.

 

La falta de medios no debería ser una excusa para ello. Resulta evidente el escueto presupuesto del film, pero el director lo sabe compensar bien con una trabajada puesta en escena que en muchos momentos manifiesta que el talento puede más que el dinero. Escenas como la del atraco o el tiroteo final son ejemplo de ello.

 

Impávido / Julián Villagrán y Marta Torné

 

Al igual que la mencionada Carne de Neón, Impávido tiene su semilla en un cortometraje, aunque a diferencia de aquella Therón ha contado con el mismo equipo artístico, asegurándose que desde las primeras lecturas de guión que los actores asimilarían enseguida el tono de la película. Y es que en el reparto es donde se encuentra el mayor atractivo de esta propuesta.

 

El hombre de 2012, Julián Villagrán, toma el rol protagonista de esta historia en la que un pobre ladrón de coches se mete en mil problemas por culpa de su mala suerte. Héroe de acción a la fuerza, el público empatiza rápidamente con un tipo que supone un nuevo acierto en la carrera de Villagrán. El actor ha sumado en lo que llevamos de año cuatro registros (Extraterrestre, De tu ventana a la mía, Grupo 7 e Impávido) con una facilidad que muchos soñarían y que reflejan su formidable versatilidad.

 

Acompañándole están (entre otros) Manolo Solo (que se come la pantalla con cada aparición, es el auténtico motor de la película), Nacho Vidal, el gran acierto de casting pues ya solo con su presencia física mete el miedo en el cuerpo. Ideal como villano. Secundarios de lujo como Pepón Nieto o Víctor Clavijo que (sobre todo el segundo) sacan oro de «cuatro frases» y una Marta Torné insustancial, función de reclamo y poco más.

 

Con las cartas sobre la mesa… ¿recomendable echarse un impávido con Carlos Therón y compañía? Yo ya he jugado dos partidas.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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