MS1: Máxima Seguridad

MS1: Máxima Seguridad: Bendita macarrada

Puede que entre El Quinto Elemento y MS1 hayan pasado ya quince años, pero hay una cosa que no ha cambiado para Luc Besson desde que mandó a Bruce Willis al espacio a salvar el pellejo de una Milla Jovovich de pelo naranja: Los héroes macarras y/o políticamente incorrectos le chiflan y gracias a esta pasión nos llegarían más tarde Taxi Express, Transporter y Desde París con Amor, entre otras.

 

El nuevo antihéroe nos llega ahora con la cara de Guy Pearce, al que Besson (con ayuda de los novatos James Mather y Stephen St. Leger) convierte en un agente al servicio de los Estados Unidos que es acusado de asesinato y ha de ingresar en una prisión orbital en el futurista año de 2079.

 

Guy Pearce en MS1: Máxima Seguridad

 

Pearce consigue convertirse en un personaje cercano al Joe Hallenbeck (Bruce Willis) del Último Boy Scout o a Martin Risk (Mel Gibson) de Arma Letal: Contestón, malhablado, fumador… Un tipo duro como ya no los fabrican, en una película de ciencia ficción sin grandes pretensiones (costó 20 millones y ya están recuperados) y con un espíritu de franquicia similar al que tuvo en su día la saga protagonizada por Jason Statham.

 

¿Qué quiero decir con esto? Que Lockout (como se llama el filme en inglés) es una película de acción muy divertida, perfecta para escapar de la cruda realidad que nos rodea con un buen cubo de palomitas en una mano y un refresco en la otra. Además, Meyer y St. Leger se saben deudores de las grandes franquicias de acción de los 90 y han sembrado su película de decenas de guiños y parodias (sutiles y no tan sutiles) que no pasarán desapercibidas a los fans del género.

 

Joseph Gilgun en MS1: Máxima Seguridad

 

El único pero que le achaco a MS1 es su resolución. Los responsables del proyecto no han querido que la cinta se alargue más allá de la hora y media y para lograrlo han tenido que meter la tijera de tal manera que las últimas escenas se suceden de una manera atropellada que mata el buen ritmo del resto del filme. Incluso llega a dar la impresión de que las escenas fueron rodadas y se eliminaron a posteriori. Sea como fuere, la cinta no habría sido menos entretenida con los 10-15 minutos que se ahorran de metraje.

 

Pearce nos muestra su lado más gamberro y lo hace frente a un dúo de villanos muy logrado que conforman el serio y duro Vincent Regan (300, Troya) y el desquiciado y genial Joseph Gilgun (This is England, Misfits), que con su porte y su mirada de yonqui nos deja en un punto intermedio entre la risa y la inquietud. Maggie Grace (a quien pronto veremos volver como Kim en la segunda parte de Venganza) está porque si no, no habría argumento. Su papel es casi anecdótico pese a su omnipresencia en las escenas, esta es una película para «muy machos» y ella es la única mujer presente de verdad en la historia, lo cual plantea la duda de si en el futuro sólo se encarcelará a los hombres o qué demonios pasa con esa prisión.

 

MS1 no es la película de acción del año, mucho menos la de ciencia ficción, pero cumple con creces con lo que nos promete y nos hará pasar un muy buen rato en el cine.

 

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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