Cazafantasmas

Cazafantasmas. El hombre del espejo: «Terceras partes» nunca fueron buenas

Los cazafantasmas vuelven a estar de actualidad. Pero no la versión femenina capitaneada por Kristen Wiig y Melissa McCarthy, sino los originales. Los Dan Aykroyd, Bill Murray y compañía han desempolvado sus viejos uniformes para salvar de nuevo a la ciudad de Nueva York de la amenaza ectoplásmica. La editorial Fandogamia recopila en un primer volumen en tapa blanda el arranque de las aventuras de estos viejos rockeros que en EEUU está editando IDW.

 

Cazafantasmas

 

Erik Burnham, el guionista artífice de esta etapa comiquera, sitúa los acontecimientos en un momento inmediatamente posterior a los hechos de las películas originales, mostrando a unos cazafantasmas bien asentados en la ciudad, trabajando mano a mano con el ayuntamiento para mantener las calles libres de fantasmas. Esta situación es positiva para algunos y negativa para otros. Por una parte se gana al público más nostálgico desde las primeras páginas, que ven el esfuerzo de Burnham por mantener el legado de los films a los que referencia, acudiendo en muchas ocasiones a ellos para hablar de determinadas cosas. Incluso el propio villano al que se enfrentan en este primer arco argumental sale directamente de ahí.

 

Por otra parte, sin embargo, el lector que llegue de nuevas a estas aventuras, o aquel que no recuerde bien las películas, tendrá verdaderas dificultades para disfrutar en plenitud de la historia. Burnham va directo al grano, cuando lo recomendable habría sido dedicarle unas pocas páginas a presentar a los personajes y contextualizar la historia. Estos cazafantasmas tienen una vocación de nicho muy marcada que puede ahuyentar al potencial nuevo espectro de público, «obligado» a visionar las cintas de los ochenta. Y no hay que olvidar un detalle importante, estas datan de 1984 y 1989. Han pasado casi treinta años. Estas películas resultan «viejas» para el lector/espectador más joven, al que presuntamente va dirigido este cómic atendiendo a su tono de comicidad y su dibujo de un definido estilo cartoon. Con las nuevas generaciones el gancho de la nostalgia no funciona, y parece que no se han dado cuenta. En mercados como EEUU se pueden rentabilizar los nichos, ¿y en España?

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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