Secret Wars nos está dando la oportunidad de conocer y redescubrir algunas de las sagas más trascendentales (o más rentables) de la historia marvelita. Y aquí los mutantes tienen un buen puñado de ellas. Esta mirada al pasado ha dado la oportunidad a numerosos autores a reimaginar aquellas historias clásicas, e incluso, como es el caso que nos ocupa, plantear continuaciones de las mismas. Entramos en el terreno de los “y si…”, donde cualquier cosa es posible.

Con este hype tan alto nos metemos de lleno en Años del futuro pasado, miniserie que bebe directamente del clásico arco argumental que desarrollaran Chris Claremont y John Byrne allá en 1981 y que tanto la propia Marvel como Fox han explorado en cómics (dando lugar a la aparición de personajes como Rachel Grey) y el cine (en la película del mismo título que devolvió a Bryan Singer al frente de la franquicia cinematográfica). Por tanto, tranquilidad, adentrarse en este futuro distópico no requiere grandes esfuerzos, entre el texto de Julián Clemente que cierra la grapa y las propias anotaciones que va haciendo Marguerite Bennett (quien también escribe Fuerza V) a lo largo de la historia.

Aún así, esta nueva aproximación al universo de Días del futuro pasado guarda muchos guiños a la historia original, todo es reconocible para los lectores más veteranos, desde el escenario al grueso de los personajes protagonistas. La esencia se mantiene. Obviamente, dado que entre esta historia y los hechos de la original han transcurrido varios años (amén de que esta nueva realidad ha sido “creada” por Doctor Muerte [como hemos visto en Secret Wars y las series vengadoras de Hickman]), las cosas no son exactamente iguales, permitiendo la inclusión de nuevos actores con mucho potencial. Y quién sabe si veremos a alguno dando el salto al nuevo Universo Marvel.

Grosso modo, Años del futuro pasado nos plantea un futuro oscuro, en el que los mutantes han sido diezmados hasta el borde de la extinción y aunque hay un pequeño resquicio para la esperanza y reavivar el sueño de la coexistencia entre especies, hay humanos que no están dispuestos a perder su hegemonía, lo que les llevará a usar todas las herramientas a su alcance para acabar de una vez por todas con los mutantes. En el fondo, la misma historia, una que nos hace ver cuán bajo podemos llegar a caer por culpa del odio.

Con un primer número pensado para tantear el terreno y dar a conocer a los personajes protagonistas y el entorno en el que se mueven, poca cosa en claro se puede sacar de la lectura sin entrar en el terreno del spoiler, por eso no será hasta el próximo artículo cuando profundicemos en la historia. Las primeras sensaciones, eso sí, son muy buenas. Sin duda, una de las miniseries a tener en cuenta de estas Secret Wars.