«El tema de hoy será… posesión demoníaca«

Vivimos en un mundo injusto repleto de gente poderosa que toma decisiones equivocadas. Lo escribo y lo planto sin conocer el cien por cien de lo que ha llevado a Marvel a decidir prescindir de Jason Aaron para la escritura de los guiones de Doctor Extraño a partir de Imperio Secreto, porque sé que la frase tiene sentido y es cierta más allá del mundo de los cómics. Pero dentro del mundo editorial no me cuesta ponerme en la piel del editor de turno que ve cómo poco a poco el viejo Doc se va pareciendo más y más a uno de esos productos típicos de Aaron: poderosos, atractivos y, sobre todo y a pesar de lo que manda la Casa de las Ideas, ferozmente independientes y de larguísima duración. Sólo hay que ver a Thor y antes de ella a Lobezno. El tío Jason es un jugador de fondo con tendencia a contar historias de sus personajes muy a pesar de lo que esté ocurriendo en el resto del universo comiquero. Marvel se puede permitir tener una serie de estas características (máxime cuando hace los números que está haciendo), pero ¿dos? Toca largar al guionista antes de que se haga fuerte en el Santa Sanctórum.

Por lo menos no ocurre lo que ya he visto en otras ocasiones. Que la editorial recurra al talento del guionista para levantar una serie sólo para acabar dándosela a otro autor a los pocos números. Ya pasó con Hulk y me pareció uno de los movimientos más rastreros que le recuerdo a la dueña de los derechos de los Vengadores. Al menos Aaron ha podido contar una gran historia que ha puesto el mundo mágico patas arriba, de hecho, lo que estamos leyendo actualmente no deja de ser un larguísimo epílogo en el que Stephen está pagando por todas las ocasiones en las que lanzó grandes hechizos sin preocuparse por las consecuencias.

«Así que acabo de convencer a los dos ejércitos de que luchen contra mí«

Porque ni tan siquiera el regreso del mismísimo Dormammu ha alcanzado a desviarnos del camino que el autor había diseñado para su personaje. Tras dejar a Extraño sin magia, el siguiente gran objetivo de Aaron ha sido enfrentar a su protagonista con algo mucho más tenebroso que sus enemigos de siempre: el peso de las decisiones de su pasado. El señor Agonía, presentado al final de Los Últimos Días de la Magia, regresa en estos dos números para reclamar un puesto prominente en la galería de villanos del Hechicero Supremo. Y no es moco de pavo. Se trata de una criatura nacida de todas las decisiones mágicas tomadas por Stephen a lo largo de su dilatada carrera (que no son pocas) y, como cada una de ellas llevaba asociado un precio que Extraño no quiso pagar, ahora la bestia ha crecido, ha adquirido consciencia propia y está deseosa de compartir su dolor con todos nosotros.

Doctor Extraño #17

Otro que se irá con Jason Aaron es su inseparable Chris Bachalo, al que esta colección (recordemos que este dibujante ya ha colaborado en maravillas como el Sandman de Neil Gaiman) le sentaba como anillo al dedo. Nos falta ya en Doctor Extraño #17, aunque en esta ocasión se trata de un descanso puntual del artista, al que sustituye el británico Frazer Irving con su fantástico estilo (así que las lágrimas por la ausencia del dibujante titular son pocas). A partir de octubre veremos por estas páginas a Dennis Hopeless como guionista de los andares del Hechicero Supremo y a Niko Henrichon ilustrando sus aventuras. De éste último podemos esperar un estilo bastante interesante (ya ha tenido algún que otro escarceo con las criaturas mágicas) mientras que el primero, autor de Vengadores Arena (por ejemplo), aún tiene que hacer por conquistarme, lo que parece bastante probable es que el tono desenfadado de Aaron se va a perder por el camino. Una injusta tragedia para los lectores.