«¡Recuerda la araña!«

Cada día aprendes algo nuevo. Yo, por ejemplo, hasta que no me leí el quinto volumen de El Invencible Iron Man no descubrí que existían los Marvel Deluxe de Panini de puro relleno. Los había visto mejores y peores, más y menos gruesos, pero nunca uno en el que ocurrieran tan pocas cosas que tomase el título de su primera historia para ir tirando. Es lo que tiene la Edad Heroica, este tomo debería haber pertenecido al anterior, al de Stark Resiliente, pero el grosor de aquel y la proximidad de Miedo Encarnado dejaron unos cuantos capítulos pendientes de ser publicados y Panini se ha visto obligado a sacar un tomo que viene bien para ‘hacerse con todos’, pero que aporta más bien poco a la historia que Matt Fraction estaba desarrollando allá por principios de 2011.

Así, en El Invencible Iron Man #5: La Nueva Edad del Hierro nos encontramos con una única trama de varios capítulos en la que Tony, sin acceso a su traje, se tendrá que enfrentar intelectualmente al moribundo Otto Octavius y tres historias cortas de mayor o menor interés según cómo las analicemos. De hecho, dada la falta de conexión entre las distintas tramas de este volumen, se pueden leer y analizar todas ellas por separado y, por supuesto, eso es lo que vamos a hacer.

«Aquí tenemos ciertos requisitos para ser miembro«

Lo primero que nos encontramos al abrir el tomo es el especial que Marvel le dedicó al Vengador Dorado por sus 500 números. La Nueva Edad del Hierro es una historia que sigue dos líneas temporales: una presente en la que Tony busca la ayuda de Peter Parker para encontrar los planos de un arma que diseñó y que, tras su borrado de memoria, no recuerda bien qué ha sido de ellos y otra futura en la que dichos planos han dado lugar a un mundo asolado controlado por el Mandarín y en el que Tony no es más que un guiñapo envejecido que sólo vive para servir al villano de los anillos. Con un dibujo a cuatro manos y la participación del bueno de Spider-Man, la historia homenaje es simpática y entretenida de leer a la vez.

Invencible Iron Man #500

A esta historia le sigue un cómic encuadrado como El Invencible Iron Man #500.1 que pretendió hace cuatro años servir de puente para los nuevos lectores a través de una historia que resumiese a toda prisa la extensa vida del Vengador de la armadura. A Fraction se le ocurrió para este número una idea genial: meter a Tony en una reunión de Alcohólicos Anónimos. Nuestro protagonista, probablemente uno de los héroes más políticamente incorrectos de la primera línea de la Casa de las Ideas (nótese que no pongo en primera línea a Punisher o Deadpool) hace un completo recorrido por su vida, tratando de razonar el por qué de su adicción al alcohol y a las mujeres de una sola noche y consiguiendo con ello cumplir con el cometido que había impuesto la editorial al cómic y, a la vez, firmando un estupendo alegato contra las drogas (even the soft ones). Cómo Era, Qué Pasó y Cómo Es Ahora es, con total seguridad, la mejor de las historias contenidas en este número.

«Voy a curarte, patético desgraciado«

A ésta le sigue Arréglame, la historia de Doc Oc de la que os hablaba antes. En ella el pasado vuelve a por Tony cuando Octavius intenta esquivar a la muerte a través del ingenio de Stark y, ya de paso, trata de humillarle. Fraction utiliza esta, por otra parte insulsa, historia para demostrarnos hasta qué punto el viejo y engreído iha muerto y cómo el que ahora vuela junto al resto de los Vengadores trata de paliar todos los desperfectos (físicos y del alma) que fue causando su antiguo yo.

Invencible Iron Man #500.1

Cierra el tomo un relato ligeramente soporífero que, bajo el título de Cómo Conocí a Vuestra Madre (no sé de qué me sonará), trata de hacer algo de humor antes de que Miedo Encarnado se haga con el control de las páginas de la colección que durante tanto tiempo fueron dando forma Fraction y Salvador Larroca. Del dibujo del tomo es difícil opinar. Al tratarse de un tomo con historias tan distintas y tan ‘especiales’ pasamos del siempre estupendo arte del valenciano a dibujos bastante mejorables cada no demasiadas páginas… En fin, lo dicho y repetido, este es un cómic que sólo necesitáis si en vuestra estantería el salto entre el Invencible Iron Man #4 y el #6 os parece sacrílego.