«Bebo hasta que quiero morirme y… ya no quiero morirme«

Hace unos cuatro años y pico, cuando empezamos a hablar más en serio de cómics en La Noche Americana, hubo historias y colecciones con las que nos atrevimos y otras con las que no. El Invencible Iron Man de Matt Fraction y Salvador Larroca perteneció a este segundo grupo con gran pena por mi parte, pero por un sentimiento de pura lógica: la etapa de estos dos artistas venía de lejos y hacía falta bastante trabajo de documentación (con un tiempo del que no disponíamos) para poder ponerme al día con las aventuras del Vengador Dorado y entender qué era eso de La Larga Caída de Tony Stark.

Por suerte, Panini ha ido poco a poco recopilando toda esta larga etapa dentro de su colección Marvel Deluxe, que, al alcanzar su séptimo tomo, por fin me permite reencontrarme con los cómics que me quedé con las ganas de leer y entender tiempo atrás. La historia, que comenzáramos con aquel ahora lejano Las Cinco Pesadillas, comienza a cerrar el círculo que se abrió en aquellos primeros números con vistas al adiós definitivo de esta excepcional pareja creativa al final del octavo y último tomo de El Invencible Iron Man en Marvel Deluxe.

«Fui superhéroe durante diecinueve meses. Te desgasta mucho«

El título no podía ser más descriptivo en un cómic que relata el asesinato frío y calculado de Stark Resiliente por parte de sus enemigos corporativos (H.A.M.M.E.R.) y jurados de antaño (el Mandarín vuelve por sus fueros más peligroso que nunca). A lo largo de los once capítulos que componen este tomo (todo un año editorial que nos deja a las puertas de Los Vengadores vs. La Patrulla-X) somos testigos de una caída en desgracia que, por una vez, no afecta directamente a la empresa del genio, sino a su credibilidad como superhéroe y a su relación con quienes le rodean. Cansados de atacar a Stark en el terreno empresarial (ya sea con política o con terrorismo corporativo), sus enemigos se han unido para derrotarle trayendo de vuelta al más terrorífico y oculto de sus demonios: la adicción a la bebida.

El Invencible Iron Man #7

Durante los sucesos de Miedo Encarnado Tony Stark volvió temporalmente a la bebida. No fue por voluntad propia ni supuso una recaída en su adicción a las bebidas espirituosas, pero ha supuesto dos duros reveses para el protagonista de estos cómics. Por una parte, su embriaguez evidente antes (y casi durante) el transcurso de la batalla final les ha proporcionado un arma a sus enemigos para tratar de hundirle frente al gobierno y la opinión pública. Pero esto no debería haber bastado. Con o sin trazas de alcohol en su sangre, lo que es innegable es que la actuación de Tony fue crucial para poder plantarles cara a los elegidos de los martillos que causaron el terror por todo el globo y nuestro protagonista ya ha toreado en la plaza de la política en el pasado y sabe cómo salir sin ser corneado. No, el segundo y más duro revés le llega a Tony en algo que parecía indestructible en su persona: su ego. Pasado el fragor de la batalla, el hombre dentro de la armadura contempla su momentáneo regreso a la bebida como un momento de debilidad que siempre estará ahí para recordarle que su voluntad no es a prueba de balas.

Así, el tomo debería terminar con la aceptación por parte de nuestro protagonista de su necesidad de ayuda. En lugar de eso, cierra con una siniestra escena que nos emplaza a dentro de unos meses, cuando Panini cerrará la reedición en cartoné de esta excepcional etapa.