«… ni siquiera es humana«

Pequeño descanso para la historia central del Viejo Logan con una entrega doble que agrupa a una historia completa y le da al bueno de Andrea Sorrentino dos meses americanos para soltar los lápices (le sustituye muy dignamente Filipe Andrade, que ya ha colaborado en Capitán América o en Capitana Marvel y al que volveremos a ver en esta colección) y prepararse para lo que está por venir. Además, Jeff Lemire aprovecha para catalizar un encuentro muy esperado dentro de esta serie y que, sorprendentemente, ha tardado más de un año en producirse. En fin, que Logan viaja a Rumanía en una historia repleta de vampiros y otros monstruos de la trastienda secreta de Marvel mientras que en las colecciones principales de mutantes e inhumanos unos y otros se zurran hasta perder la cordura.

Hoy en día, con un universo cada vez más interrelacionado en el que las historias independientes escasean, es una gloria encontrarse con un Viejo Logan inmune a los crossovers de turno (como ya lo fueron los Guardianes de la Galaxia… hasta que no). Mola poder ver a un autor desarrollar a sus personajes y tramas sin la interferencia del funcionamiento mecánico de la máquina de hacer billetes que es la editorial norteamericana. Es en estas series donde podemos encontrar la verdadera innovación, donde podemos evadirnos del día a día del mundo que nos ofrece el resto de series y donde podemos vivir aventuras cien por cien auténticas y llevadas con el ritmo adecuado.

«¿Seguro que los demás hombres-X no van a venir?«

Lo vemos mes tras mes en esta colección. La trama de la que acabamos de salir, de hecho, es prueba fehaciente de lo que cuento. ¿Habría sido posible contar la visita de Logan a Japón a lo largo de casi medio año en cualquier otra serie? Lo dudo mucho. Está claro que los crossovers vienen bien. Sirven para crear un universo cohesionado en el que cualquier personaje pueda salir de su zona de confort para aterrizar en la serie de otro héroe (o villano), sirven también para remover un poco las cosas y darle algo de alegría a un conjunto editorial que podría rápidamente caer en la apatía. Pero es bueno que también existan las series que se salen de la norma, porque nos ayudan a poner las cosas en su lugar, nos ayudan a tomar consciencia del tamaño relativo de cada evento y, para que vamos a negarlo, nos divierten que da gusto.

El Viejo Logan #76

Este mes tenemos vampiros en el menú y eso, como no, significa que Júbilo y Logan se vuelven a ver las caras después de la mítica escena de Mark Millar que marcaría el fin de los días felices del mutante en su aclamada historia de 2008. Sin embargo, este feliz reencuentro tendrá que esperar, puesto que primero Logan compartirá campo de batalla con los Comandos Aulladores de S.H.I.E.L.D., una de las primeras víctimas editoriales de esta época marvelita a la que diferentes autores tratan de resucitar insuflándole carácter a través de sus propias cabeceras. La combinación de todos estos monstruos con el antiguo Lobezno, que es más monstruoso que todos ellos juntos, funciona de maravilla y los episodios de relleno que nos vende este mes Lemire no se sienten como tales, sino como una divertida manera de ir afilando los colmillos de cara a las próximas aventuras del mutante de las garras de adamántium.