«No necesito una orden de registro«

Volvemos a acercarnos al micro-cosmos de los Inhumanos un mes más para ver qué se cuece en las dos grandes series que lo componen (aunque el reciente anuncio del retraso sin fecha de su película podría venir acompañado de cambios editoriales…). Mientras que en la serie principal seguimos paseando por el Salón del Silencio, con todos los problemas simultáneos que se han ido presentando para que los resuelvan Rayo Negro y sus colaboradores, Crystal sigue atascada en una peliaguda situación en China, donde la aparición de una de las Lanzas Celestes puede desembocar en todo un incidente de proporciones internacionales. ¡Pero eso no es todo! Gorgón, Panacea y Naja persiguen a uno de los últimos Neohumanos dentro de una de las más remotas y secretas localizaciones de la nación inhumana: la gran armería.

Tengo la clara impresión de que estas dos series están condenadas a fundirse en una sola, pero mientras tanto, nos están dejando con una serie de historias que no sólo nos permitan conocer un poco mejor a los muchos personajes, clásicos y de nueva factura, de la franquicia, sino que también profundizan en torno a todo lo que rodea a esta misteriosa nación/raza. El esfuerzo de Charles Soule, como gran director de orquesta de esta parte del universo Marvel, por ampliar el imaginario inhumano está dando lugar a toda una nueva galería de héroes, villanos y emplazamientos que no hacen sino enriquecer el ya de por sí variopinto catálogo de la Casa de las Ideas, que atraviesa el que probablemente sea uno de los momentos más dulces de las últimas dos décadas.

«Bienvenidas a lo que queda del Viejo Attilan«

Pero centrémonos en lo que nos interesa. Con casi todas las tramas ya cerradas, sólo le quedaba a Rayo Negro resolver el tema del robo del dispositivo con el que Ennilux pretendía volver a la senda de éxitos que abandonó cuando El Capo decidió invadir Nuevo Attilan en busca de Iso. El ex-dirigente de los inhumanos delega la búsqueda del artefacto robado en unos de los nuevos personajes que presentó Soule que más me están gustando: Frank McGee (aka Nur) y su colorido grupo de colaboradores formado por Treste (una de las hijas de su fallecida compañera Auran), el Lector e Inferno. El guionista utiliza esta trama para seguir profundizando en las capacidades que el antiguo detective ha desarrollado tras emerger del capullo de las nieblas terrígenas y mostrarnos por qué este personaje puede ser temible con o sin poderes. También le sirve esta en apariencia descafeinada historia para dejarnos de piedra con dos conclusiones que van a tener consecuencias a corto y medio plazo en la serie.

Inhumanos #26

Y es que esta trama se resuelve con una victoria que no se puede ni calificar de agridulce. Un personaje va a perder mucho a raíz de la pelea con que se resuelve esta historia y no veremos las consecuencias de esto hasta dentro de dos números, en una entrega que se dedicará en exclusiva a analizar las consecuencias de esta batalla. Pero las cosas no quedan ahí. Deberíamos recordar que Ahura, el recién rescatado hijo de Rayo Negro y Medusa, estaba de visita en el Salón del Silencio cuando todos estos acontecimientos han tenido lugar. Esta circunstancia, lejos de ser anecdótica, va a tener una profunda repercusión en la balanza de poderes que rige a la nación inhumana y sus efectos se dejarán notar a medio-largo plazo de una manera completamente imposible de prever.

«A mi edad, las peleas en grupo tienden a mezclarse«

Por su parte, Crystal y los suyos salen de China con pocas respuestas y muchas más preguntas de las que tenían cuando desembarcaron en el gigante asiático. Las Lanzas no sólo parecen potenciar sus poderes, sino que (llegado el caso), son capaces de defenderse utilizando a cualquier inhumano que se encuentre en las inmediaciones. ¿De dónde provienen estos misteriosos artefactos? ¿Estarán los kree mezclados en todo esto? ¿Pudiera ser que la destrucción de Hala (el planeta natal de esta raza cósmica) haya liberado a estos artefactos de su cautiverio? James Asmus elige desvelar muy poco a poco los misterios que han dado pie a esta primera temporada de All-New Inhumans y, justo al final de este capítulo, introduce a un nuevo jugador en el tablero de juego para dejar claro que dispone de tramas secundarias para dar, tomar y regalar.

Inhumanos #26

Una de estas tramas es la que han venido protagonizando de manera paralela Gorgón, Naja y Panacea. Enfrentados a la rebeldía de un nuevo inhumano, aterrizan en la gigantesca armería real de la raza inhumana. Un arsenal de proporciones tan exageradas que cualquiera diría que los inhumanos se preparan para una invasión de la Tierra a gran escala. El cómo utilizará esta información el misterioso benefactor del neohumano al que pretenden recapturar Gorgón y su equipo es algo que deberemos esperar aún un tiempo antes de descubrir. Lo que ya no se sustenta de ninguna de las maneras (y doy gracias a que a partir del próximo número cambie) es el dibujo de André Lima Araújo. Lo que puede quedar muy bien en un cómic de corte más independiente no termina de casarme en una historia de superhéroes del calado de las de Marvel. La presentación del nuevo personaje (y su dibujo a página completa) se deshincha por completo cuando pasa por el filtro del peculiar estilo del dibujante. Pero incluso más llamativo es el hecho (comprobable en la viñeta superior) de que muchos de sus personajes son prácticamente idénticos, siendo necesarios detalles como el pelo o las ropas para identificarlos… incluso cuando son de razas tan distintas como la caucásica y la asiática.