La serie de Kieron Gillen se acerca a su desenlace y anuncia su despedida tras un brillante año en las librerías.

«¿En serio me estás preguntando si he noqueado a alguien?«

Y cuando todo parecía que iba a despegar… ¡puf! En abril veremos, justo antes de que desembarque del todo All-New Marvel Now! en España, como muere la segunda encarnación de los (jóvenes) Héroes más Poderosos de la Tierra. Los Jovenes Vengadores de Kieron Gillen apenas habrán visto cumplido su primer año editorial y ya tendrán que hacer las maletas de cara a su desembarco en nuevas colecciones, como la ya más que confirmada Loki: Agente de Asgard.

Pero antes de que lleguen las tristes despedidas nos encontramos con un tomo que, si hemos sido capaces de huir de los spoilers, nos puede dejar con la boca abierta. Con motivo del desastre hormonal-emocional que constituyen Hulkling y Wiccan el equipo se ve forzado a adelantar su enfrentamiento con Madre y sus nuevos aliados. ¿Qué plan se le ocurrirá a Prodigio para salir de este apuro? ¿Y a Loki? Gillen utiliza al primero para ligar esta colección con el resto del universo Marvel de una manera sencilla y genial que integra con inteligencia el concepto del joven actual permanentemente conectado a las redes sociales (y al Whatssap, Line o sucedáneos…) con la realidad actual de los distintos grupos de héroes jóvenes un tanto dejados de lado como pueden ser la Academia de Vengadores, los Runaways (actualmente un tanto ocupados con Arcade) e incluso el grupo de «luces» que capitaneó Hope en su momento.

«¡Qué dura es la vida de un asesino y ladrón de cuerpos!«

En cuanto a Loki… El autor nos reserva un sorpresón visual en este capítulo que Marvel tuvo a bien estropear al filtrarlo antes de tiempo y que los adictos al spoiler no tardaron en dispersar y malograr hasta la náusea. Volviendo al tema de los jóvenes y las redes sociales resulta muy triste ver como el cariñoso trabajo de un autor para con sus personajes y, sobre todo, con sus lectores se ve expuesto al ninguneo a través de los intereses mercantilistas de la editorial de turno y por la insana afición de unos cuantos de saber más que nadie, antes que nadie y poder estropearle la sorpresa al resto. Internet y la velocidad de propagación que lleva asociada es uno de los culpables del asunto, pero parece mentira que en plena Era de la Información uno tenga que huir de la misma para poder disfrutar de pequeños placeres de la vida como debería ser la lectura de este cómic.

Gillen, quizás consciente de la fecha de caducidad de su obra, pone en movimiento en Jóvenes Vengadores #9 los acontecimientos que llevarán a esta historia hasta su desenlace. Sólo queda por averiguar cómo se resuelve el asunto de Patriota-Veloz tras (o a la vez que) la batalla que se avecina para que este grupo vuelva a disolverse y sus fans nos quedemos huérfanos de nuevo a la espera de que otro guionista quiera volver a dar rienda suelta a su creatividad.