A estas alturas queda claro que las Secret Wars están sirviendo de campo de experimentación para muchos autores y de un ejercicio muy estimable de nostalgia. Muchos de los eventos más destacados de las últimas décadas están siendo devueltos a la actualidad en forma de secuelas que tienden a respetar, en la medida de sus posibilidades, las obras originales (en algunos de los casos, como el que nos ocupa, contando con los guionistas primigenios), aceptando las condiciones obligadas por las circunstancias (todos estos paisajes forman parte de Mundo de Batalla, con lo que ello conlleva) y estableciendo hipotéticos futuros (presentes) cambiando los desenlaces de sus referentes.

En este aspecto resulta encomiable también la labor de editores y guionistas por presentar las diferentes historias de forma muy accesible para todos los lectores; de tal forma que no se precisa de nociones previas acerca de aquellos eventos de los que provienen los nuevos relatos para poder comprender y disfrutar de estos. Las primeras páginas tienden a resumir el camino que ha llevado a los personajes a su situación actual y, en seguida, plantean los conflictos que vertebrarán estas nuevas historias. La Era de Apocalipsis no es ninguna excepción al respecto.

Fabian Nicieza lleva a cabo una aventura más que correcta. Aún es pronto para valorar lo acertado del enfoque del guionista, nos queda aún media miniserie por descubrir y todo puede pasar. De momento, lo visto hasta ahora nos presenta una realidad muy similar a la del evento original (desechando las posteriores incursiones que se han ido haciendo a este mund distópico) y siguiendo una línea continuista respecto aquella. En Sabah Nur gobierna con puño de acero un mundo en el que los humanos están al borde de la extinción y la Patrulla-X de Magneto (que lucha por la coexistencia entre mutantes y humanos) es considerada como un movimiento terrorista.

La Era de Apocalipsis

Habida la cuenta de las miniseries que llevamos analizadas hasta la fecha, la sensación de déjà vu empieza a ser consistente, sobre todo en lo que respecta a la franquicia mutante. Algo tiene el Homo Superior además del gen X que le hace ser una especie sufridora, abocada a experimentar futuros distópicos o apocalípticos. No solo eso –el punto de partida puede ser similar–, el propio detonante de los conflictos suele parecerse: un choque entre dos facciones por la supremacía (generalmente hay una que está contra las cuerdas y otra que ostenta un poder autoritario) o la aparición de un elemento que podría acabar con todos por igual. El dilema sobre una hipotética solución final suele ser una constante en este tipo de relatos.

Así, La Era de Apocalipsis no ofrece nada realmente novedoso, pero, como comentaba, Nicieza elabora un relato muy interesante, con personajes de gran potencial como Cíclpe o Carol Danvers (otros como Lobezno o Emma Frost de momento han de conformarse con tener una presencia secundiaria –en el mejor de los casos– o hacer simples cameos); y es que el caracter predominante de la hisoria es coral, primando el desarrollo del argumento que el de los personajes de forma indivializada. A los lápices encontramos al mexicano Gerardo Sandoval, cuyo trazo es también similar al de los dibujantes de la saga original, lo que potencia la sensación de familiaridad y respeto hacia aquel.