«La idea de su propia importancia sigue siendo extremadamente exagerada«

En Estados Unidos se produjo un breve impasse desde el fin del segundo volumen de La Imposible Patrulla-X y hasta el comienzo de la nueva etapa (que llegará a España en junio). Este parón dejó un hueco que la Casa de las Ideas se apresuró a rellenar con una serie semanal (algo impensable en nuestro país) que contaría las consecuencias de la derrota de los Cinco del Fénix y el resurgir de los mutantes a la vez que allanaba el camino al nuevo encargado de dirigir la cabecera mutante por excelencia (que no será otro que el insigne Brian Michael Bendis, responsable de, entre otras, Invasión Secreta) En España Panini ha optado por integrar esta miniserie dentro del marco de la cabecera principal argumentando que quien se ha hecho cargo de los guiones de los cinco número que la componen no es otro que Kieron Gillen (guionista de La Imposible Patrulla-X desde Regénesis) y que esta miniserie es más bien un epílogo de su etapa al frente de la colección.

La decisión de la editorial puede ser discutible, pero las razones aducidas son completamente válidas e incluso se pueden aportar más. AvX: Consequences representa un intento por parte de Gillen de suavizar el carácter de villano desquiciado del que dotó a Cíclope en los últimos compases de su etapa haciendo hincapié en la fuerza de voluntad de Scott Summers a la hora de «hacer lo que debe de hacerse» para preservar el futuro de los mutantes. No voy a negarlo: me gusta el Cíclope perturbado y temo que este paso atrás (otro más si recordamos la visita que recibió Summers en el anterior número) termine por devolvernos al mismo Cíclope de siempre, con sus inseguridades y sus afanes por controlar la situación. La pelota está ahora en el tejado de Bendis y habremos de esperar para descubrir qué salida le da al personaje.

«Algún chaval rebelde aparecerá en tu instituto conmigo en la camiseta«

Mientras tanto, el Scott prisionero sigue «trabajando» en favor de los mutantes en busca de un símbolo que los una en esta nueva era que ha dado comienzo. Esta búsqueda ha comenzado por unos derroteros poco agradables y aún está por ver cuál es el detonante que llevará a la refundación de la Patrulla-X. Por ahora mola ver a Ciclo de naranja y rodeado de tipos duros con ganas de machacarle el cráneo tras todas las locuras que cometió bajo la apariencia del Fénix Oscuro.

Al margen de alguna ida de cabeza (mucho hablar de cómo el «Cyclops was right» ha causado furor en internet, pero hace años que vimos a Maria Hill hablar de hacerse con una camiseta de «Nick Furia tenía razón«… A la tercera se pierde la originalidad) este cómic nos sirve también para comenzar a tomar contacto con el mundo que ha emergido de los acontecimientos de Los Vengadores vs. La Patrulla-X. Wakanda, otrora fiel defensora de los mutantes, es ahora una nación en ruinas con una fuerte animadversión por los homo superior. Mucho ojo porque el Club del Fuego Infernal puede tardar bien poco en salir de las páginas de Lobezno y la Patrulla-X para ponerse a negociar por todo el mundo la salida al mercado de nuevos y mortíferos Centinelas.

Como era de esperar, Panini ha acompañado a este número de una breve, pero jugosa, colección de portadas alternativas y de un artículo final de Julián M. Clemente que, quizá, ensalza un poco demasiado a un Gillen que no ha logrado estar a la altura de Aaron con la que se presuponía como la que iba a ser la cabecera principal de las series mutantes.