Las semillas plantadas en el anterior volumen de la colección, Regénesis, brotan ahora, en medio de la contienda que llevaría a los mutantes a enfentarse con los Vengadores con el único propósito de afianzar la supervivencia del homo superior en un mundo que, hagan lo que hagan, los odia y los teme. Panini Cómics recopila dentro de la línea Marvel Deluxe los episodios de La Imposible Patrulla-X enmarcardos dentro del evento VvX (Vengadores vs. Patrulla-X).

Kieron Gillen se mantiene como autor de la colección y aborda el conflicto entre mutantes y vengadores desde la perspectiva de Cíclope y los suyos, aunque sin olvidarse de las tramas que venía abordando en los meses previos, con personajes como Mr. Siniestro o Unidad en los principales focos. Así, mientras que algunos de los diez capítulos integrados en el tomo la atención se centra en cómo lidian Scott, Emma y compañía con la fuerza Fénix y con la gente de Capitán América, en otros esto queda como telón de fondo, dando protagonismo a las aventuras propias de la Patrulla a fin de cerrarlas. Este tomo, además de profundizar en las aspiraciones del homo superior en el conflicto, sirve para marcar un nuevo rumbo en la colección.

Este tomo, aunque sea continuación directa de La Patrulla-X: Regénesis, debe leerse al alimón del evento principal, o al menos después de este. ¿Y eso por qué? Porque los episodios aquí recogidos harían las veces de caras B de los capítulos del crossover. Gillen da pequeños saltos temporales entre cada número para retratar diferentes aspectos de la retaguardia. De esta forma, por ejemplo, asistimos a como cada uno de los lugartenientes de Cíclope convive con el fénix en su interior, o como el propio Summers reflexiona acerca de los actos que llevan a los suyos al borde del precipicio. En este sentido destacan tanto la dinámica entre Scott y Emma, borrachos de poder, o las reacciones de pesos pesados del equipo como Magneto o Tormenta, relegados a un segundo plano por los acontecimientos.

El autor británico explora todas las posibilidades que ofrece la franquicia acudiendo tanto a elementos sci-fi como a los mágicos. Todo tiene cabida en la Patrulla-X, que se desenvuelve muy bien en escenarios de lo más variados. No olvida tampoco la vertiente sociopolítica de la colección con la nada sutil alegoría de Utopía como un reflejo del estado israelí (apunte mencionado muy acertadamente por Julián Clemente en el artículo que introduce el tomo). Gillen está en la recta final de su etapa al frente de los mutantes y lo quiere hacer a lo grande, con dos de los números más trascendentes de su etapa: Uncanny X-Men vol. #18-19, en los que Scott concluye su belicosa transformación que iniciara a principios de siglo en la saga La búsqueda de Cíclope.

A los lápices siguen los habitules Carlos Pacheco y Greg Land, a los que acompaña un buen número de dibujantes entre los que queremos destacar a Daniel Acuña (Uncanny X-Men vol. 2 #15-17), que nunca está de más reivindicar el talento patrio.