Los Vengadores: La Era de Ultrón

Los Vengadores. La Era de Ultrón #3-4: Punto de no retorno

Con la inminente publicación de Compendio (tomo que engloba los cruces de las series de Marvel NOW! con La Era de Ultrón) y la dirección que han tomado las series vengadoras de Jonathan Hickman, es evidente que el evento que tenemos entre manos va más allá de la visión anacrónica del universo Marvel que imaginábamos en sus primeros capítulos, y que sus consecuencias están muy ligadas al próximo blockbuster de la compañía: Infinito.


Los Vengadores: La Era de UltrónTal y como comentaba en la reseña sobre los primeros episodios de esta miniserie, el hecho de que la acción nos presente una realidad alternativa invita a que cualquiera pueda sumergirse en ella sin miedo a perderse entre montañas de referencias e historias entrelazadas. Sí, Brian Michael Bendis actúa como el mejor de los sastres hilando y conectando todos los acontecimientos del Universo Marvel (no hay más que echar un vistazo a Invasión Secreta), pero siempre en favor del espectáculo. El guionista no enfanga la narración atándola a las aventuras pasadas, sino que se sirve de los elementos que considera claves para mirar hacia delante y resultar coherente con todo lo anterior. Así, en relatos como La Era de Ultrón, puede acudir a algún momento determinante de la vida de los protagonistas y retocarlo lo suficiente para cambiar por completo la realidad. Este es uno de los aspectos que aborda la miniserie, como una decisión puede cambiar el curso de la historia. Decisiones que una vez tomadas no tienen vuelta de hoja.

 

Bendis aprovecha la «libertad» que le proporcionan las realidades alternativas para forzar hasta la extenuación a sus personajes, dejándose llevar por la posibilidad de hacer cambios radicales y situando a los protagonistas ante disyuntivas de imposible solución. Pero siempre respetando la esencia del personaje. Así, aunque gente como Capitán América, Iron Man, Lobezno o la Mujer Invisible (por citar a unos pocos de los protagonistas de esta saga) se vean sometidos a situaciones inconcebibles en la realidad tradicional del Universo Marvel, siguen rigiéndose por su propia lógica, su fondo permanece inalterable y son fácilmente reconocibles. El Cíclope revolucionario post VvX podría ser el ejemplo perfecto. A pesar de los golpes recibidos y el rumbo que ha tomado, sigue siendo coherente consigo mismo.

 

Con una narración que sigue desarrollándose en diferentes planos temporales, la acción ahora se concentra en Nueva York y Tierra Salvaje. Y mientras los giros no dejan de sucederse (mientras que el primero supone un impactante punto de inflexión en la trama, el segundo no termina de funcionar por la elección de los actores implicados) con la clara intención de que el lector no pueda aventurar nada de lo que esté por venir, resulta muy interesante como Ultrón, el gran enemigo al que se enfrentan, aún no ha hecho aparición. Es una amenaza invisible, que acecha entre las sombras. Algo por otra parte comprensible, puesto que no estamos ante un villano que prepara un plan para dominar el mundo. Ya lo ha logrado. Este es un relato sobre un mundo tiranizado y una resistencia que se niega a darlo todo por perdido.

 

En el apartado gráfico, lamentablemente la colección pierde a Bryan Hitch, pero llegan Brandon Peterson y Carlos Pacheco para sustituirle. Ambos logran mantener un estilo similar, con lo que el cambio no supone ninguna distracción. Que Paul Mounts siga en el color (acompañado por Jose Villarrubia) ayuda a mantener esa impresión de unidad. A un nivel formal, destaca el hecho de que cada uno de los nuevos dibujantes se encarguen de retratar un plano temporal distinto, haciendo más natural el cambio de artista y dotando a cada uno de los tiempos propia autonomía con respecto al otro.

 

El desenlace de La Era de Ultrón #4 no entusiasma del todo (en comparación al nivel ofrecido hasta el momento por el evento) por la forma que toma la amenaza para nuestros héroes (la justificación es vaga y limitada), pero la expectación ante el final de esta odisea sigue estando muy alto.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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