El simbionte psicópata vuelve al Universo Marvel para reinventarse al estilo marcado por Dan Slott.

«Al parecer la Araña Escarlata le dejó bastante tocado«

En el mundo del cómic, cuando se ha decidido renovar a un personaje o una serie particularmente «quemado» se ha optado por diversas fórmulas (reseteo o renumeración, cambios en el tejido de la realidad como Flashpoint o la Era de Ultrón…) que tenían por denominador común la reescritura de los orígenes del héroe y de su historia hasta el momento. Dan Slott, sin embargo, optó en 2012 por un enfoque diametralmente opuesto: nada de reescrituras, nada de universos alternativos, la renovación de Spider-Man pasaría por la ocupación del cuerpo de Peter Parker por la mente de Otto Octavius.

Así, el pasado de Peter, sus orígenes y su lista de aliados y enemigos permanecerían intactas al mismo tiempo que el carácter y la personalidad del trepamuros daban un giro de casi 180º. Por su puesto, esto sólo es algo temporal (en septiembre llega a España la nueva etapa del Asombroso Spider-Man), pero esta temporada «superior» ha dejado una huella indeleble en la colección y parece bastante claro que nada volverá a ser lo mismo para Parker a partir de ahora.

«No eras mi primer recluta«

Matanza, creado en 1991 como una versión oscura de Venom en la que el simbionte ocupaba el cuerpos de un psicópata sin moral, ha vivido una espiral creciente de popularidad desde que lograse que Spider-Man y Venom tuvieran que colaborar en su detención y hasta las dos magníficas miniseries que se publicarían ya en pleno siglo XXI y que llevarían por nombre Matanza Máxima y Matanza U.S.A.

El problema es que Cletus Kasady (el humano dentro del traje vivo) no ha sobrellevado bien las continuas derrotas por parte de la Spider-familia y el resto de los superhéroes del universo Marvel. Hasta el punto de que el Vigía literalmente lo partió por la mitad y la Araña Escarlata lo lobotomizó en el crossover titulado Matanza Mínima. Ante esta situación (y visto el éxito de la idea de Slott) se ha visto necesario hacer evolucionar al simbionte asesino para convertirlo en algo igual, pero distinto: en un Matanza Superior.

Esta empresa ha caído en los brazos del actor, director, doblador y escritor ocasional Kevin Shinick, acompañado por los lápices de Stephen Segovia (Dark Wolverine, X-Treme X-Men…). Conviene saber que Shinick recibió en 2010 un premio Emmy por su especial de Navidad para Robot Chicken (uno de los espacios televisivos más freaks e irreverentes de Estados Unidos). Digo esto porque la manera en que Kevin se plantea este «mito del fénix» huye de la épica y tiene un elevado contenido en parodia y patetismo.

«Borra lo de genial de mi currículo«

De esta manera, Shinick se ríe en Matanza Superior de héroes y villanos. Pinta al Spider-Man de Octavius como una especie de capo que tiene sometida a la ciudad de Nueva York, pero la peor parte se la llevan los villanos que tratan de aprovecharse de la actual situación de Kasady. La nueva formación de Los Cuatro Terribles se sustenta en dos pilares fundamentales que rozan (y en más de una ocasión superan) la delgada línea que separa lo malvado de lo absurdo. Por un lado tenemos al Mago en sus horas más bajas y sumergido en una espiral descendente de locura y, por el otro, al físico experto en la manipulación del sonido Ulysses Klaw, el único personaje que parece mantener los pies en la tierra durante los cinco capítulos que dan vida al cómic, haciendo de contrapartida seria al absurdo caos que desata su compañero de equipo.

Enfrentarse a Matanza Superior, por tanto, es complicado si no se sabe partir desde una cierta amplitud de miras y una sana capacidad para reírse de todo y todos. Sin embargo, el mensaje y el objetivo inicial de la serie están ahí y, pese a que parezca que esta miniserie no se toma en serio a sí misma en ningún momento, la reformulación del personaje de Matanza a través de su independencia y su abandono nos deja al final de cómic con la inquietante duda de qué le depara el futuro al simbionte sanguinario y a su huésped.