Pájaro Burlón: Integral

Pájaro Burlón – Integral: Esa pegatina de moda

Pájaro Burlón: Integral«Estoy en la morgue. ¿Puedes venir?«

 

Actualmente hay un anuncio en la televisión que me saca de mis casillas: una marca de arroz, cuyo nombre no procede mencionar, remata su paso por la caja tonta con un categórico «cultivado en el entorno de Doñana«. ¿Es mejor su arroz por haber sido cultivado en las inmediaciones de uno de los Parques Nacionales de España? ¿Es que no afectan al proceso la variedad de la planta o las condiciones de su siembra y/o recogida? A mí, ¿qué más me da que el dichoso arroz haya recorrido unos quinientos kilómetros hasta llegar a mi mesa? Lo que ocurre es que poner la etiqueta ‘Doñana’ le da un plus de naturaleza y sostenibilidad a un producto al que la irrupción de la quinoa le ha apartado a un lado en el mercado. Me suena a esa vez en la que todas las marcas de alimentos se apresuraron a poner el prefijo ‘bio’ y el apellido ‘artesanas’ hasta que la justicia les obligó a dejar de engañar a los consumidores.

 

Lo mismo pasa con la primera serie de Pájaro Burlón. Uno de los personajes más beneficiados de su paso por la televisiva Agentes de S.H.I.E.L.D. (con permiso de Temblor) consigue con la llegada del nuevo y diferente Universo Marvel disfrutar de colección propia y los directivos y editores han tratado de arañar lectores (lectoras sobre todo) con una de las pegatinas más potentes y de moda actualmente: es una serie FEMINISTA. Porque bien es cierto que el personaje de Bobbi Morse es uno de los de más fuerte carácter de la Casa de las Ideas y bien podría considerarse que su manera de reaccionar a los imprevistos y a sus relaciones es todo un ejemplo para la generación de aficionadas al cómic que caigan en la tentación de este Integral. Pero hay dos grandes PEROS.

 

«No te envía Coulson, ¿verdad?«

 

Lo primero es que Morse no levanta la bandera del feminismo en solitario dentro de la editorial. Recientes series como la de la Bruja Escarlata juegan también con éxito con una feminidad protagonista y nada dependiente, Viuda Negra lleva años siendo un referente dentro de los cómics de espías, siendo ella, junto a Soldado de Invierno, de los pocos personajes que se atreven a abordar ese género en la actualidad. ¿Y qué me decís de Jessica Jones o Kamala Khan? Ninguna de las dos ha sentido nunca la tentación de mostrarnos sus intimidades con trajes ceñidos que dejen poco a la imaginación y son claras representantes del heroísmo a pie de calle y de la integración social. ¿Por qué entonces insultar a la inteligencia de este cómic poniéndole simplemente la etiqueta de feminista? ¿Por qué no hablar de lo jodidamente divertido que es? ¿Es que acaso este cómic habla específicamente del tema? Pues no, y ahí llega el segundo gran ‘pero’. No puedes vender tu producto como feminista a base de titular a tu crossover con Civil War IIMi Agenda Feminista‘. No es justo porque no se aborda el tema ni tangencialmente (la cosa va sobre un misterio a bordo de un crucero repleto de cosplayers) y trata de engañar al lector.

 

Pájaro Burlón: Integral

Pájaro Burlón: Integral

 

Por eso, es muy importante dejar las etiquetas de lado cuando te pongas a leer este volumen que publica Panini en pleno calor del verano. Porque, aunque seas un machista rancio y de manual, Pájaro Burlón es una de las series más divertidas e interesantes de lo que llevamos de nuevo universo editorial. A Bobbi la han hecho la puñeta a base de bien a lo largo de los últimos años y justo antes de caer en el más oscuro de los olvidos rizaron el rizo a lo bestia inyectándole un estupendo cóctel a base de fórmula del Infinito y suero del Supersoldado que la ha convertido en una auténtica máquina de luchar, sin dejar de lado las otras muchas habilidades que traía ya de casa.

 

«Buen trabajo, manazas«

 

Chelsea Cain se ha empollado a conciencia todo el material previo de la heroína y ha creado una serie que es precisamente consecuencia de todo este baile de sustancias y amoríos (que si Ojo de Halcón, que si cierto superhéroe británico…) y que toma de su contrapartida televisiva esa voluntad férrea y esa indomable independencia que nos ha hecho adorarla a solas o en compañía de Hunter, más veces víctima de su personalidad y tejemanejes que artífice de su desdicha. Cain traslada a Morse del campo de batalla a la mesa de laboratorio para explorar en qué medida ha afectado su pasado a su organismo y hacia dónde se dirigen ahora ella y sus nuevas habilidades. Por el camino, la autora juega con sus conocimientos de bioquímica, con su capacidad para mimetizarse y con una galería de secundarios que incluye a un pato y a un señor con cabeza de caballo.

 

Pájaro Burlón: Integral

No es coña. Cabeza de caballo

 

Es maravilloso ver como el torrente de ideas que Cain pretende plasmar en su cómic se convierte en una historia que da verdadero gusto leer. Resulta incluso de aplauso el ver cómo integra su historia con la convulsa actualidad del mundo de los superhéroes en los primeros latidos de la segunda guerra civil superheroica. Su fresca narrativa se ve apoyada por el divertido dibujo de Kate Niemczyk (sólo sustituida en Mockingbird #5 por un descacharrante Ibrahim Moustafa) y da lugar a un tomo que va más allá de cualquier etiqueta que intentéis ponerle. Pájaro Burlón es única y cuando nació se rompió el molde.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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