La última cacería de Kraven

Spiderman. La última cacería de Kraven: La presa

A Spiderman casi siempre lo relacionamos con un tono lúdico, lleno de luz y de un carácter optimista, como el propio Peter. A pesar de las dificultades siempre encuentra la fuerza para levantarse y seguir hacia delante. Y todo ello teniendo en cuenta la poderosa carga trágica que arrastra consigo. Desde el tío Ben a Gwen Stacy, pasando por el fatal destino de los Osborn y el resto de duendes o secundarios como el Capitán Stacy y Jean DeWolff. Incluso en historias de corte más oscuro como Spiderman: Reino la esperanza sabía como abrirse camino. Esto no ocurre con La última cacería de Kraven.

 

La última cacería de Kraven

 

J. M. DeMatteis y Mike Zeck tejen una historia en la que Peter no tiene las de ganar, está a merced de un cazador obsesionado con devorarle hasta la misma esencia. Kraven se despoja de todos sus límites y, arrastrado por una perturbada determinación, hará cualquier cosa para conquistar su última cacería.

 

Los autores utilizan este relato para definir como pocas veces hemos visto la figura de Kraven. Se hace un perfil muy completo y profundo del villano arácnido. En la galería de enemigos de Spiderman hay mucho ladronzuelo de tres al cuarto y no pocos personajes totémicos: lagartos, buitres, rinocerontes, gatas… pero Kraven, como cazador, se sitúa por encima de todos estos animales… cualquiera puede convertirse en una presa para el aristócrata ruso, siempre en busca de un desafío. A este hombre no le mueven las riquezas materiales o el ego científico, sino que busca la comunión con la naturaleza y abrazar su aldo más salvaje. Y Spiderman, que le ha atormentado una y otra vez, es su gran reto.

 

Esta es una historia de venganza, pero también de aceptación del propio destino y sentido vital. Parker, desorientado, es una pieza más del juego de alguien que quiere reclamar su lugar como un ser superior. Esta es una lectura descarnada, fatalista, triste incluso, en la que abundan los daños colaterales, son un precio asumible por un personaje, Kraven, que a su modo tiene una férrea moral. No es un villano al uso, tampoco un antihéroe. En su cualidad de ambigüedad Kraven es una figura a reivindicar.

 

La última cacería de Kraven es una historia de Spiderman sin Spiderman, apela a la araña, al símbolo que representa. También a la perversión del mismo. Y a la idea de la muerte y el renacimiento como un ciclo purificador para alcanzar la esencia y la autoconciencia. Muchas y variadas lecturas para un título que se ha ganado a pulso su estatus de icónico y que merece ser revisitado una y otra vez.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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